El titán de vela ha llegado a la mar. El yate de vela más grande del mundo, el Orient Express Corinthian, ha hecho su entrada triunfal en aguas francesas tras su esperada botadura el 16 de junio en Saint-Nazaire. Después de cuatro meses y medio de ensamblaje en el prestigioso astillero Chantiers de l’Atlantique, esta majestuosa embarcación de 220 metros fue trasladada desde el dique seco al mar, iniciando así la última fase de su construcción: el equipamiento final, la integración de sistemas y los detalles de acabado.
Perteneciente a la legendaria marca Orient Express, hoy integrada en el grupo Accor, este proyecto marca su debut en el universo náutico de lujo, tras décadas de dominio en el transporte ferroviario exclusivo. El Corinthian y su gemelo, el Olympian -previsto para 2027- prometen redefinir la experiencia de los cruceros de alta gama.
El Orient Express Corinthian no solo ostenta el título de yate de vela más largo del planeta, sino que introduce avances tecnológicos inéditos en este tipo de embarcaciones. Con tres mástiles de unos 100 metros y más de 1.500 m² de velas rígidas, incorpora el sistema de propulsión SolidSail, que permite rotar e inclinar los mástiles para maximizar el impulso del viento. Además, cuenta con un sistema híbrido alimentado por gas natural licuado, reduciendo así emisiones y costes de operación.
El interior del yate es una oda al lujo atemporal, con diseño del director artístico Maxime d’Angeac. Inspirado en la era dorada del viaje en tren y los míticos transatlánticos como el Normandie, combina elegancia clásica con detalles contemporáneos. Alojará a sus pasajeros en 54 suites que van de los 45 a los 230 m², todas con vistas panorámicas o terraza privada. La experiencia a bordo se completa con cinco restaurantes dirigidos por el chef Yannick Alléno, ocho bares, entre ellos un speakeasy de los años 30 y un cabaré al estilo Moulin Rouge.
Programado para zarpar en junio de 2026, el Corinthian surcará el Mediterráneo y el Adriático durante el verano, antes de cruzar hacia el Caribe. Esta gran joya flotante no solo lleva la sofisticación del Orient Express a los mares del mundo, sino que también inaugura una nueva era en los viajes marítimos sostenibles y refinados.