Dicen los cálculos de pantalán que Patrizio Bertelli, dueño de Prada, lleva gastados unos mil millones de euros desde comenzara su batalla por ganar la Copa América a finales del siglo XX. El Luna Rossa, equipo que abandera, es el desafiante más antiguo de la flota, y en la próxima edición del trofeo deportivo más antiguo del mundo se acaba de posicionar como el momento de su asalto definitivo a la Jarra de las Cien Guineas. Primero fue la elección de Nápoles como sede, con lo que jugarán en casa. Y el segundo ha sido el fichaje del mejor regatista del mundo, Pete Burling, que tras ganar tres Copas Américas seguidas se despidió del New Zealand por desavenencias con Grant Dalton.
Burling, de 34 años, parece entusiasmado por este nuevo reto. «A lo largo de mi carrera, siempre he disfrutado compitiendo contra Luna Rossa y ahora unirme a este icónico equipo es un verdadero honor. Estoy deseando trabajar junto a un grupo de personas de primer nivel”. El regatista destacó que este paso le permitirá seguir compitiendo al máximo nivel, al tiempo que mantiene su liderazgo en el equipo Black Foils de SailGP y su labor con la fundación Live Ocean, dedicada a la sostenibilidad de los océanos.
Max Sirena, director ejecutivo de Luna Rossa, se mostró “encantado” de incorporar al neozelandés, destacando su talento, deportividad y capacidad para aportar valor deportivo, técnico y personal al equipo. “Peter será parte del equipo de regatas, reforzando el grupo de liderazgo y contribuyendo en áreas clave de nuestro programa de desarrollo”, señaló Sirena.
Queda pendiente la resolución de las normas de nacionalidad, que determinarán si Burling podrá competir oficialmente a bordo del equipo italiano como regatista, aunque su presencia ya supone un impulso significativo para Luna Rossa de cara a la próxima Copa. La publicación del protocolo de la siguiente edición, que está casi a punto, despejará esta última incógnita.
