Nautik Magazine

El océano como laboratorio vivo: la revolución azul de los jardines submarinos

La restauración oceánica es uno de los grandes motores de la innovación en la economía azul. Ya no basta con soñar con mares limpios ni con proteger lo que queda; el reto es regenerar, devolver vida a lo que el tiempo y la acción humana han dañado. Ante el avance del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y el deterioro de los ecosistemas costeros, los océanos tienen por delante una potencial crisis sin precedentes. Gobiernos, instituciones y empresas buscan soluciones que permitan sanar entornos degradados y activar economías locales sostenibles. En este contexto, emerge un nuevo modelo: el de los jardines submarinos regenerativos, que integran ciencia, tecnología y participación social para devolver vida al mar.

Una empresa barcelonesa, Underwater Gardens International, ya ha comenzado a trabajar con ejemplos concretos en la restauración activa de hábitats marinos mediante biotecnología con soluciones basadas en la naturaleza. En 2023, la empresa lideró una intervención emblemática en Barcelona durante la 37ª edición de la Copa América, dentro del proyecto BCN Sotamar, impulsado por la Fundación BCN Port Innovation y reconocido por World Sailing como Proyecto Local Insignia de Sostenibilidad. Más de 50 unidades de regeneración fueron instaladas en el fondo marino del Port Olímpic, organizadas en clústeres para maximizar su efecto regenerativo.

“La regeneración marina no es una aspiración científica: es una necesidad estructural. No solo debemos proteger los ecosistemas marinos, tenemos la capacidad —y la responsabilidad— de restaurarlos”, explica Marc García-Durán, fundador y CEO de Underwater Gardens International. Su modelo pivota sobre ejes tecnológicos como los Smart Enhanced Reefs, estructuras diseñadas para fomentar la biodiversidad, facilitar la colonización de especies clave y capturar carbono de forma natural.

Frente al calentamiento global, la acidificación y la pérdida de oxígeno en el océano, la empresa une ciencia, ingeniería, diseño ecológico y participación ciudadana. «No se trata solo de restaurar el ecosistema: buscamos un impacto duradero que conecte regeneración ambiental y comunidad”, señala García-Durán.

El proyecto se completó con acciones de divulgación y educación ambiental: una unidad SER® se instaló en el Aquàrium de Barcelona como símbolo del trofeo de la Copa América, y en la playa de Sant Sebastià se organizaron actividades de ciencia ciudadana y buceo responsable para involucrar a la población local.

Gracias a iniciativas como esta, la empresa ha sido reconocida por Naciones Unidas como proyecto de la Década de los Océanos, nombrado Proyecto Faro de la Economía Azul por la Unión Europea y declarado Proyecto Estratégico en Tenerife por su contribución a la regeneración territorial en zonas costeras sensibles. Su trabajo se alinea con la Estrategia de Biodiversidad 2030, demostrando que es posible desarrollar infraestructuras regenerativas respetuosas con el entorno natural, integradoras de saberes locales y capaces de generar un nuevo relato colectivo sobre la relación entre sociedad y océano.