Joseph Conrad, es probablente, el tipo que mejor ha puesto en palabras el mundo de la mar. Pese a que el año pasado se cumplió el centenario de su muerte, no hay nadie que haya conseguido plasmar negro sobre blanco el lenguaje marítimo con una precisión tan suprema. La editorial Alpha Decay acaba de reeditar El Cuento, una de esas narraciones que te sumergen en una niebla tan espesa que casi puedes sentirla en la piel. Conrad, que además de ser un viejo lobo de mar sabía narrar también de forma magistral las tormentas interiores, nos regala aquí una doble historia: por un lado, la noche y el reencuentro de una pareja; por el otro, el relato de un capitán británico, perdido entre la bruma de la guerra y los dilemas que solo conoce quien ha navegado entre marejadas.
La magia de Conrad está en esa capacidad para mezclar la tensión del mar con la tormenta interna de sus personajes. El capitán, enfrentado a una decisión imposible, es el ejemplo perfecto de cómo la guerra no solo se lidia a cañonazos, sino también en la conciencia de todos los marinos que intervienen en ella. Aquí no hay héroes de postal, sino hombres de carne y hueso, con muchas dudas y un gran peso de la rsponsabilidad
Publicado por primera vez en 1917, El cuento llegó en castellano dentro de Cuentos de la Gran Guerra (Alpha Decay, 2008) y ahora vuelve con una edición que incluye un prólogo magnífico de Gonzalo Torné y que conforma un relato breve pero profundo.
Para los amantes de la literatura marinera, Conrad es un faro. Nacido en 1857 en Berdyczów, de familia polaca y corazón inglés, vivió el mar antes de escribirlo. Tuvo una larga carrera como marino mercante hasta que a los 38 años colgó el catalejo y lo cambió por la pluma, acumulando experiencias que nutrieron todas sus novelas. Todas sus travesías, desde Marsella hasta el Congo, le dieron la materia prima para novelas que hoy son clásicos: El espejo del mar, Lord Jim, Un vagabundo en las islas… y este El cuento, que es una joya para leer en cubierta, bajo las estrellas, o en tierra firme, soñando con volver al mar.
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