Paula Gonzalvo es una de las creadoras de contenido más populares de la náutica de recreo en español. Bajo el paraguas de su proyecto Allende los Mares, acumula más de 115.000 seguidores entre instagram y YouTube. Arquitecta de formación, hace más de una década decidió cambiar los planos y el autocad por la vida nómada en veleros, acumulando más miles de millas náuticas en travesías que la han llevado desde el cruce del Atlántico y el Pacífico hasta expediciones en la Antártida.
Su aventura en la mar comenzó con el barcostop, enrolándose en todas las tripulaciones que podía trabajando a cambio de una plaza a bordo, y esta experiencia se ha acabado convirtiendo en una mezcla entre comunidad y plataforma de inspiración para navegantes de todo el mundo, especialmente para aquellos que dan sus primeros pasos en un barco.
Una de sus iniciativas más populares es un encuentro anual de navegantes, en el que se dan cita cientos de marinos de recreo para escuchar aventuras maravillosas de gente que ha llevado sus experiencias a bordo un paso más allá. Y, en la tercera edición de este evento, que tuvo lugar hace unos días en Castellón, Paula lanzó la última bomba que, sin duda, va a marcar su trayectoria: el proyecto de la vuelta al mundo vertical, que hará junto a otro navegante y creador de contenido, Pedro Jiménez, de Alegría Marineros.

«Nos hemos propuesto navegar saliendo del meridiano cero, rumbo sur y dar la vuelta a la Antártida para volver a hacer rumbo norte por el meridiano 180, es decir, navegaremos los cinco océanos llegando a los dos círculos polares, tanto Antártico como Ártico«, relata Paula con una inevitable sonrisa en el rostro.
Los dos grandes peligros de la travesía son precisamente esas dos circunnavegaciones de los polos. El norte, con el famoso Paso del Noroeste, es navegable a vela desde hace pocos años, debido al deshielo que ha provocado el cambio climático. Y el sur, rodeando la Antártida, está plagado de icebergs, hasta tal punto que todas las grandes regatas tienen límites de los que no se puede bajar para evitar colisiones.
Paula reconoce que están analizando al dedillo todos estos condicionantes antes de que arranquen el proyecto, previsto para 2026. «Estamos en una etapa de planificación y esta ruta es flexible, porque ahora estamos documentándonos con todo detalle de la travesía, pero no tenemos mucha información, no te creas que estamos encontrando demasiado referentes. Al final hasta que no lo vivamos, no vamos a saber si podemos hacerlo», reflexiona Gonzalvo.
Uno de sus grandes inspiradores ha sido el famoso navegante y divulgador Jimmy Cornell. «Sí, es cierto. Nosotros antes de que él propusiera el High Latitude Challenge, que lo propuso hace unos meses, ni siquiera pensábamos en hacer un proyecto tan grande, ni siquiera a algo una travesía tan juntos así, porque yo me acababa de comprar un barco. Pero lo vimos y decidimos hacer algo más rápido y más extremo. Yo no puedo evitar que estas condiciones me atraigan un montón, he descubierto que navegar en condiciones duras es algo que me apasiona», explica Paula.
Además de la aventura, el proyecto tiene una potente vertiente formativa y social. Paula organiza, en el barco que comentaba acabar de adquirir, talleres a bordo (desde meteorología hasta navegación polar) y fomenta la igualdad de género en la náutica, integrando tripulaciones mixtas y visibilizando el liderazgo femenino en el mar. Su objetivo es inspirar a otros a cumplir sus sueños y a descubrir el potencial transformador de la vida oceánica, un objetivo para el que esta vuelta al mundo vertical es un escenario imbatible.