El nuevo Hotel Boutique Faro Silleiro ha abierto sus puertas en uno de los enclaves más bonitos y singulares de la costa gallega. El edificio que acogió durante todo su periodo de vida activa el faro gallego, y que permanecía inactivo desde 1924, se ha transformado en una experiencia turística de primer nivel gracias a la adjudicación en diciembre de 2021, por parte de la Autoridad Portuaria de Vigo a la empresa Lighthouse Baiona, de la concesión administrativa para la transformación y explotación de las instalaciones como espacio hotelero, por un período de 35 años. Posteriormente, tras la concesión de la licencia municipal por el Concello de Baiona, se iniciaron las obras en febrero de 2024.
El acto de inauguración del hotel estuvo presidido por el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, ya que las instituciones han sido claves para lograr los fondos necesarios para culminar el proyecto. De hecho, la Xunta destinó cerca de 578.000 euros procedentes de fondos europeos Next Generation para llevar a cabo la intervención, que inserta un modelo que, según el jefe del Ejecutivo gallego, se basa en la sostenibilidad, en la cohesión territorial y en la puesta en valor del rural.
El presidente destacó el hecho de que el nuevo hotel se sitúe en el Camino Portugués por la Costa, el tercero itinerario más transitado del Camino de Santiago, con más de 75.000 peregrinos en 2024. El turismo gallego registró más de 8,3 millones de visitantes el año pasado, un sector que representa el 11% del PIB autonómico.
Su ubicación, a 23 minutos del aeropuerto de Vigo, muy cerca de Baiona, le confiere un atractivo especial, para que el viajero pueda vivir una experiencia integral de turismo exclusivo y sostenible, en un escenario natural único, en donde conviven naturaleza, paisaje, patrimonio, enogastronómica, y experiencias de mar y montaña únicas. El edificio del Faro Silleiro está situado sobre una parcela de 2.581 metros de superficie. Las obras han sido dirigidas por el arquitecto vigués Pedro de la Puente, y ejecutadas por la empresa constructora Di Milano, con un apoyo y protagonismo especial de Carpintería Vilas y Raúl Lamarca Interiorismo.
Catorce meses después se ha hecho realidad la reconversión de un edificio singular, que seguirá prestando sus servicios como faro, en un establecimiento hotelero catalogado como Hotel Boutique, habilitado en su interior con 17 habitaciones todas exteriores, ocho con vistas al mar y nueve al monte repartidas en dos estancias, baja y primera planta. Además de un espacio exterior con terraza, servicios de gimnasio y vestuarios, en donde como principal novedad se ha integrado una piscina, con lámina de agua que viene a ser todo un balcón al Atlántico.
