El enigma sobre la sede de la próxima Copa América va definiéndose. Poco a poco, eso sí. Grant Dalton, el máximo responsable del Team New Zealand, ya ha descartado de nuevo llevarse de vuelta la competición a su país, una anomalía que estrenó en la pasada edición y que fue aprovechada por Barcelona para organizar la edición de 2024. Nunca en la historia un defensor de la Jarra de las Cien Guineas había renunciado a organizar la Copa América en su casa; solo había pasado con la edición de 2007 en Valencia, en la que el Alinghi se vio obligado a hacerlo al no tener campos de regatas en mar abierto, tal y como exige el Deed of Gift, el manifiesto fundacional redactado a mitad del siglo XIX que sigue regulando el trofeo deportivo más antiguo del mundo.
El New Zealand emitió en la noche del lunes un comunicado justificando la decisión de no volver a Auckland por razones de falta de apoyo político. «Desde que ganamos la 37.ª America’s Cup en octubre del año pasado, el Royal New Zealand Yacht Squadron y el Emirates Team New Zealand han tenido la intención de explorar la posibilidad de organizar la 38.ª America’s Cup en Auckland con el entendimiento de que se necesitaría una combinación de respaldo privado, del gobierno local y del gobierno central para que esto suceda, pero sin sacrificar la financiación de otras prioridades en el difícil clima económico. Durante este tiempo, el equipo se ha sentido cómodo con el apoyo privado y ha estado trabajando con Tātaki Auckland Unlimited, que ha liderado proactivamente la candidatura. Por lo tanto, escuchamos con decepción y comprensión que el MBIE (Ministry of Business, Innovation and Employment) y el Gobierno Central han decidido no respaldar la 38.ª Copa América en Auckland en 2027″.
En el argumento político esgrimido por el New Zealand subyace obviamente el económico: Grant Dalton necesita más dinero por parte de la ciudad que quiera ser sede de la próxima edición de la competición, y este comunicado es una confirmación de que lo que le ofrecen no llega a la cantidad que quiere el New Zealand.
El New Zealand ya dijo hace unos meses que anunciaría la sede de la 38ª edición de la Copa América antes del mes de junio, con lo que le quedan dos meses para acabar de cerrar las negociaciones. De momento, se han postulado de forma seria los Emiratos Árabes, aunque Dalton aún se muestra reacio para disputar la competición allí porque tanto los principales patrocinadores como otros equipos no se encuentran tan cómodos como en Europa. Vamos, que los ingresos por patrocinios serían mucho menores, recurriendo siempre a la explicación financiera que ayuda a entender estas decisiones. También ha habido conversaciones con una ciudad italiana (los rumores de pantalán hablan de Brindisi, aunque quizás le falta dimensión como ciudad para albergar un evento así) y con Grecia, pero sin acabar de concretar hasta la fecha.
Lo que parece muy complicado es que se repita en España, con Barcelona autodescartada nada más concluir la pasada edición y con Valencia, que tenía prácticamente cerrado el acuerdo con el New Zealand para albergarla de nuevo, que se apartó de la negociación después del drama sufrido con la riada de octubre.