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La historia del Santana, el gran amor de Humphrey Bogart

El mítico actor se hizo armador del velero en 1945, poco después de casarse con Lauren Bacall, y lo mantuvo como santuario personal hasta el día de su muerte.

Los actores Lauren Bacall y Humphrey Bogart (1899 - 1957) disfrutan de un día de navegación, hacia 1945. (Foto de Archive Photos/Getty Images)

Humphrey Bogart era uno de los nuestros. El legendario actor se enamoró del mar, donde encontró un refugio donde olvidarse de que era uno de los personajes más famosos del mundo en su época. Y amaba sobre todas las cosas a su velero, el Santana, el santuario que lo protegía en su huida de los focos para gozar de la vida con su cuadrilla más cercana. 

En aguas del Pacífico, sin flashes ni periodistas que lograran cazarlo, Bogart encontró en las largas travesías a la caña del Santana la tranquilidad que Hollywood nunca le daría. 

Afortunadamente, Bogey abrió un poco la mano para dejar pasar algún fotógrafo de tanto en tanto que inmortalizara esos momentos. Poder observar detenidamente a día de hoy las fotos de Lauren Bacall, el amor eterno de Bogart, junto al actor de Casablanca en la popa del Santana, mientras el gran Humphrey parecía indicarle lo bien que pintaba la mayor en lo alto del palo, es instalarse súbitamente en una atmósfera de glamour de postguerra, esos tiempos en los que parecía que nada malo pudiera volver a ocurrir.

Humphrey se hizo armador del Santana en 1945, cuando tenía 46 años, poco después precisamente de casarse con Lauren Bacall. Ambos serían sus grandes amores verdaderos, hasta el mismo día de su muerte (1957). Doce años de plenitud.

Diseñado por unos de los mejores arquitectos navales de la historia, el genial Olin Stephens (Sparkman & Stephens), y botado en 1935 tras ser construido en los astilleros Wilmington Boat Works, el Santana fue concebido originalmente como una goleta de 55 pies (16,8 metros) de eslora, 12,6 pies (3,8 metros) de manga y un calado de 7,9 pies (2,4 metros). Fue construido y botado por encargo de William Lyman Stewart Jr., hijo del fundador de Union Oil Company.  

A lo largo de los años, el Santana pasó por las manos de varios propietarios, muchos de ellos figuras destacadas de Hollywood. Desde 1939 a 1941 fue propiedad de Charles Isaacs, quién fue esposo de la actriz húngara Eva Gabor. En 1941, el actor George Brent adquirió el velero y lo reconfiguró como yawl, lo que mejoró su rendimiento en vientos fuertes, pero lo hizo menos eficiente en condiciones de viento ligero. Posteriormente, en 1944, el actor ganador del Premio de la Academia Ray Milland fue propietario del Santana durante tres meses, antes de venderlo al también actor Dick Powell y su esposa June Allyson.  

El año que en que finalizó la Segunda Guerra Mundial, Humphrey Bogart, tal vez la máxima estrella de Hollywood por aquellos años, adquirió el Santana por 50.000 dólares, después de enamorarse de la embarcación durante una travesía con su amigo y anterior propietario, Dick Powell. 

Ese fue el año que todo cambió en la vida de Bogart. Fue el año de sus dos matrimonios, con Bacall y con el Santana. Fue el año en el que comenzó a vivir el amor por el mar y el amor por su barco como quién descubre, finalmente, su lugar en el mundo. Bogart nunca se desprendió del Santana. Solo la muerte, en 1957, los separó y, aun así, el Santana siempre ha seguido siendo el barco de Bogart, aunque el título de propiedad estuviera a nombre de otras personas. 

Santana, con Bogart al timón, se fue transformando en el velero de los amigos famosos, casi siempre estrellas de Hollywood.  Ingrid Bergman, la actriz sueca que coprotagonizó Casablanca con Bogart fue una de las invitadas más frecuentes. Richard Burton, que cuando devoraba millas con Bogart en el Santana aún no había conocido a Elizabeth Taylor, fue de los amigos que más tiempo compartió asiento en la popa con Bogart y que supo compartir casi la misma pasión por el mar que el patrón del Santana. El británico David Niven, Frank Sinatra, el Tarzán primigenio (Johnny Weissmuller), Errol Flynn… fueron todos tripulación corriente, cercana y fiel del Santana de Humphrey Bogart. 

El amor de Bogart por el Santana era tan profundo que incluso nombró a su productora cinematográfica “Santana Productions” en honor al yate. Tras la muerte de Bogart en 1957, el Santana cambió de manos en varias ocasiones, pero su legado como el refugio flotante de una de las estrellas más icónicas de Hollywood se inscribió para siempre en la historia que conecta el cine y la naútica.

Tras la muerte de Bogart, el Santana cambió de manos en varias ocasiones, incluyendo propietarios como Willis Short, Wally Nickell y William Solari. En la década de 1960, el velero fue trasladado a la Bahía de San Francisco, donde participó en diversas regatas y se convirtió en una presencia familiar en las aguas locales. En 1998, el Santana fue sometido a una restauración exhaustiva por parte de la familia Kaplan en el astillero Keefe Kaplan Maritime (KKMI) en Point Richmond, California, devolviéndole su esplendor original.  Más tarde, Santana fue ampliamente restaurado por LMI y East Passage Boatwright’s y relanzado en mayo de 2016

El Santana, hoy en día @Guido Cantini/Panerai

Wendy Schmidt, filántropa y esposa de Eric Schmidt, exdirector ejecutivo de Google, es la actual propietaria del velero Santana. En 2021, bajo el mando de Wendy Schmidt, el Santana ganó la categoría Clásica A y se llevó la Ames Cup en la Castine Classic Yacht Race.  Además del Santana, Wendy Schmidt es propietaria del Elfje, un velero de 46 metros construido por Royal Huisman en 2014, y del Selene, un Swan 80 con el que ha competido en eventos como Les Voiles de St. Barth en 2018.  

Pero esa ya es otra historia. Pase lo que pase, el Santana seguirá siendo hasta la eternidad el velero de Humphrey Bogart.

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