El Art Explora no es un barco más… Y eso se nota nada más verlo de cerca. Se trata del primer barco-museo que, desde este año, está recorriendo el mundo con el propósito de entusiasmar a amantes de la cultura y revolucionar las ciudades por las que pasa. Hemos tenido la oportunidad de visitarlo en Málaga, donde permanecerá hasta el 10 de noviembre, después de haber hecho escala en La Valeta (Malta), Venecia (Italia), Marsella (Francia), Tánger (Marruecos) y Rabat (Marruecos). Todo ello bajo una misión ambiciosa: democratizar el acceso al arte y fomentar la cooperación cultural en la cuenca del Mediterráneo.
El Mediterráneo, con su legado como cuna de civilizaciones, sirve de telón de fondo a este proyecto único. Art Explora promueve el diálogo cultural, aborda cuestiones contemporáneas como la migración y el cambio climático, y destaca la importancia de la biodiversidad marina. Este festival itinerante se enmarca en el compromiso de la Fundación Art Explora con la sostenibilidad y la inclusión social. Una iniciativa nacida en 2019 gracias al empresario y filántropo Frédéric Jousset, quien fundó la organización con el objetivo de democratizar el acceso al arte y la cultura.
En la ciudad de la Costa del Sol, la programación ha sido comisariada por Rosa Lleó y Álex Martín Rod: «Con este proyecto queríamos trabajar sobre el Mediterráneo», explica Martín, mientras que Lleó añade: «El Mediterráneo era nuestro punto de partida, pero también queríamos explorar qué significa hoy Málaga en este contexto». Ambos destacan que, desde la llegada del festival, se ha buscado abordar «dos realidades: generacionales y territoriales». Además, Lleó detalla: «El Mediterráneo no es solo sol y playa; están pasando ahí muchas cosas».
La embarcación que sirve como excusa para llevar la cultura a cada puerto es un catamarán de 47 metros de eslora, tiene capacidad para 2.000 visitantes diarios y ha sido diseñada para minimizar su huella ecológica mediante el uso de energía renovable y la optimización del consumo de recursos. Durante su estancia en Málaga, el festival ha transformado la zona del Muelle Uno y otros escenarios clave, como el auditorio Eduardo Ocón, La Térmica, el Centro de Cultura Contemporánea de la Diputación Provincial de Málaga y los Astilleros Nereo, en epicentros de actividad artística y cultural.
La programación incluye exposiciones inmersivas en colaboración con el Museo del Louvre, talleres educativos y un viaje sonoro creado por el IRCAM, ofreciendo al público la oportunidad de conectar con las historias y desafíos del Mediterráneo. Además, establece lazos con artistas de renombre, como Iván L. Munuera, Jumana Manna o Violeta Niebla, y con organizaciones locales para enriquecer la escena cultural malagueña.
La importancia de la visita del Art Explora a Málaga trasciende lo puramente cultural. Es una llamada a la acción para repensar nuestro vínculo con el mar, que ha sido un crisol de culturas, pero también un espacio marcado por tensiones ecológicas y migratorias. Este barco-museo deja una huella simbólica en cada ciudad que pisa, recordando que el arte tiene el poder de unir, concienciar y transformar.
El catamarán seguirá navegando por el Mediterráneo hasta 2026, haciendo escala en diferentes puertos (se prevé que el año que viene visite Albania, Chipre, Croacia y Grecia), lugares de intercambio cultural por excelencia, con el propósito de tejer redes entre culturas y promover un diálogo a gran escala sobre los desafíos de nuestras sociedades contemporáneas.
Un barco construido en el astillero Perini Navi, en Italia
El barco-museo de Art Explora no solo es un hito cultural por su misión y programación, sino también una obra maestra de la ingeniería y el diseño contemporáneos. Este imponente catamarán de 47 metros de eslora y 18 metros de manga ha sido concebido por los reconocidos arquitectos navales Axel de Beaufort y Guillaume Verdier, y construido en el prestigioso astillero italiano Perini Navi. El catamarán combina innovación tecnológica y conciencia ecológica, haciendo honor a su compromiso con la sostenibilidad y la democratización del acceso al arte.
El barco está registrado bajo el pabellón francés y ha sido diseñado para cumplir con rigurosos estándares medioambientales. Equipado con más de 1.800 m² de velas y 75 m² de paneles solares, este museo flotante minimiza su huella de carbono mientras navega por el Mediterráneo. Su diseño no solo asegura un bajo impacto ambiental, sino que también optimiza la estabilidad y el espacio interior, proporcionando un entorno único donde el arte y la tecnología se encuentran para enriquecer las experiencias de los visitantes.
Un detalle que eleva la identidad del catamarán es la colaboración con la artista Laure Prouvost, quien ha creado una obra de arte única para las velas del barco. Prouvost, conocida por su enfoque narrativo y sensorial, ha llenado las velas con símbolos que evocan la libertad, el movimiento y la conexión con el entorno. Estas velas artísticas representan un viaje poético que explora los límites de espacio y tiempo, invitando a los espectadores a reflexionar sobre la movilidad, las migraciones y las fronteras desde una perspectiva humanista y perspicaz.
La obra de Prouvost añade una dimensión etérea y evocadora al catamarán, convirtiéndolo en un verdadero símbolo flotante de la diversidad cultural y la apertura al diálogo. A través de su narrativa visual y la aplicación poética del lenguaje, la artista desafía las convenciones y nos anima a abrazar las imperfecciones y las maravillas del mundo que nos rodea, haciendo del Art Explora una experiencia cultural profundamente inmersiva y transformadora.
