La princesa Leonor se incorpora hoy a la Escuela Naval de Marín, donde iniciará su formación como guardamarina, dando continuidad a su preparación militar en los tres ejércitos. La ya alférez Borbón Ortiz, como se la conoce en el ámbito castrense, se unirá al grupo de 628 alumnos de la Armada, con la intención de integrarse como una más y completar su instrucción hasta enero, momento en el que embarcará en el buque escuela Juan Sebastián Elcano para aprender a navegar «siguiendo las estrellas», si el cielo lo permite.
En la Escuela Naval, Leonor seguirá un régimen estricto y disciplinado. Los días comenzarán a las 6:45 de la mañana, con la orden de deshacer la cama antes de dirigirse al desayuno. Posteriormente, deberá rehacer la cama a la perfección y ordenar la habitación, sin excepciones. A lo largo de la jornada, los alumnos participan en actividades de instrucción, maniobras y navegación, además de tener sesiones de estudio entre las 18:00 y las 22:30 horas, interrumpidas únicamente para la cena a las 20:00 horas.
La formación de la princesa incluirá maniobras en los simuladores de la escuela, que replican fielmente los puentes de mando de los buques, ofreciendo escenarios variados de la costa española y condiciones de navegación realistas, tanto de día como de noche. También participará en entrenamientos físicos en las instalaciones deportivas, incluyendo sesiones diarias en la piscina de seis calles y el gimnasio completamente equipado.
Los fines de semana, los alumnos disponen de tiempo libre, pudiendo levantarse dos horas más tarde y salir hasta las 3:00 de la mañana los sábados, siempre y cuando cumplan con los protocolos de uniforme y permisos necesarios (podrá incluso dormir fuera, con autorización previa).
Leonor compartirá su estancia en la escuela con otras compañeras en habitaciones compartidas, con una rutina marcada por la disciplina y el compromiso, en la misma institución que albergó la formación de su padre y su abuelo. Este paso por la Escuela Naval refuerza no solo sus habilidades militares, sino también los valores de lealtad, liderazgo y amor a España, fundamentales para su futuro papel como jefa del Estado.