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Nautik Magazine

Barcelona estrena un bus 100% eléctrico… que navega por su puerto

La compañía Alsa ofrece este servicio con dos catamaranes ‘Made in Cantabria’.

Los dos nuevos buses náuticos del puerto de Barcelona en el pantalán del muelle de Drassanes (Atarazanas)

La celebración de la Copa del América, planificada entre agosto y octubre en Barcelona, ha acelerado muchos planes pendientes para mejorar el puerto de la ciudad. La regata ha tenido especial incidencia en el área con más historia, conocida como Port Vell (Puerto Viejo). El aterrizaje de los seis equipos participantes ha motivado la adecuación de espacios para sus bases, mientras que en muchas zonas aledañas se ha cambiado y mejorado el urbanismo. También se han añadido nuevos servicios y la instalación se ha abierto mucho más a la ciudadanía, mejorando la integración de la trama urbana dentro de la portuaria. 

Entre los proyectos que llevaban años pendientes de ponerse en marcha, estaba el establecimiento de un servicio de transporte acuático regular con paradas. Un servicio similar a un Vaporetto (los buses náuticos de Venecia) en versión moderna, con el que dar servicio tanto a locales como visitantes. El caso es que, si bien un barco de línea regular intraportuaria puede ser un atractivo para quienes visitan la ciudad, la creación de esta nueva oferta de transporte también puede dar servicio a quienes trabajan en una zona que tiene como referencia clara el enorme hotel W. Alrededor y también en el propio edificio en forma de vela, trabajan unas 3.500 personas que se desplazan allí cada día. A estas hay que añadir los miles de visitantes que se acercan a una atractiva zona entre el mar abierto y las aguas tranquilas de la instalación. Esos también son clientes potenciales del nuevo servicio. 

Un bus limpio

En un tiempo récord, un equipo del puerto de Barcelona preparó un concurso para concesionar este servicio, una iniciativa en la que ya se han interesado seis puertos españoles para implementarla en sus muelles, según contaba David Pino, Director de gerencia urbanística en el Port Vell y Coordinador de la Copa del América en el Puerto de Barcelona. 

Una de las condiciones Sine Qua Non que se pedía a finales de septiembre del año pasado en los pliegos era que las embarcaciones que iban a presentar las empresas aspirantes fuesen de cero emisiones. Con estas tendrían que estar listas para empezar a operar el primer día de julio de este mismo año, con lo que conseguirían una concesión del servicio por 15 años. 

El concurso tuvo tres aspirantes de gran solvencia y finalmente se llevó el gato al agua (una frase demasiado fácil cuando se trata de temas portuarios) fue Alsa. La histórica compañía de transporte de origen asturiano es hoy un gigante del transporte por carretera y urbano, además de tener intereses en terrenos como la logística, el sector ferroviario. Su consejero delegado, Francisco Iglesias reconoció durante la presentación del servicio, que los otros dos aspirantes a ofrecerlo eran primeros espadas, aunque la oferta económica y técnica que había presentado Alsa la hacia ganadora, como así fue.

Y aunque el margen de tiempo para cumplir con lo propuesto en Los pliegos era extremadamente pequeño, Alsa lo consiguió contando con un astillero de Cantabria: Metaltec Naval, con sede en la bahía de Santander, junto a la pista de vuelo del aeropuerto de Santander, que tuvo listos los dos barcos cero emisiones con los que la transportista se comprometió a operar en Barcelona. 

Ecocat Dos y Ecocat Tres

Aunque por sus nombres pueda parecer que los barcos Ecocat Dos y Ecocat tres sean embarcaciones gemelas, los dos catamaranes que desde esta semana ofrecen el servicio de Bus Náutico en Barcelona tienen características y aspecto muy diferente. El Tres es el de mayor capacidad y de novísima construcción. Con una eslora de 14,70 metros puede llevar a 84 pasajeros en dos puentes, con proa y popa abiertas, además del puente superior al aire libre. El Dos es algo más pequeño y su imagen es más cuadrada. Por pocos centímetros su eslora no llega a los 12 metros y puede transportar a 56 viajeros en un solo puente. 

Lo más singular del Ecocat Dos es su decoración externa, marcado por su fuerte policromía, sus formar y que no deja indiferente. Es obra de Oscar San Miguel Erice, pintor, escultor y diseñador nacido en Santander, conocido artísticamente como Okuda San Miguel. Okuda fue conocido popularmente en los últimos años por ser el autor de la primera intervención artística integral en un faro español, el de Ajo, que pasó de ser una sobre torre de iluminación blanca que se encendió por primera vez en 1930 a una colorida estructura que el artista local pintó durante tres días en verano de aquel extraño 2020.

El faro de Ajo fue intervenido artísticamente por Okuda San Miguel, autor de la decoración de uno de los buses náuticos que hoy operan en el puerto de Barcelona.

El faro de Ajo es uno de los gestionados por la Autoridad Portuaria de Santander y por las aguas de ese puerto y bahía, Alsa tuvo su primera experiencia marítima poniendo en marcha en 2022 un servicio de paseos turísticos circulares con el Ecocat Dos, trasladado ahora a Barcelona para complementar al Tres en los viajes entre las dos paradas iniciales del bus náutico.

De Colón a la playa    

El recorrido del bus sin ruedas del puerto barcelonés es de 10 minutos y une las escaleras del Portal de la Paz, a los pies de la escultura dedicada a Cristóbal Colón, con el muelle de Levante, junto al hotel W, el acceso a Marina Vela y la playa de San Sebastián. El punto exacto de amarre queda entre la fundación Barcelona capital náutica y los astilleros MB92, los especialistas en mantenimiento de yates de grandes esloras.

La línea de atraque tiene varios tinglados centenarios cuyo mal estado hacia temer por su ruina, aunque dentro de los planes de mejora de espacios ciudadanos, la autoridad portuaria los ha rehabilitado, recuperando la imagen del puerto de finales del XIX. Uno de esos edificios se ha convertido en una pequeña estación de pasajeros donde esperar la salida del siguiente barco hacia el inicio de La Rambla. Si se pierde el barco previo, la espera no será demasiado larga, pues la frecuencia de paso es entre 15 y 30 minutos, dependiendo del momento del día. El servicio será continuado durante 12 horas.

El Ecocat Dos, decorado por Okuda, sale de la zona de tinglados en silencio total.

Las sensaciones a bordo   

Al ser catamaranes 100% eléctricos, con un 40% de su consumo cubierto por las placas solares montadas en la cubierta superior, sus motores (dos de 20 Kw el pequeño y dos de 50Kw el grande) prácticamente no se notan en navegación. Siquiera un leve ronroneo, algo que hace de los 10 minutos del viaje un tranquilísimo desplazamiento por las tranquilas aguas interiores del puerto, pasando junto a las bases del Luna Rossa Prada y del Emirates Team New Zealand, además de junto al edificio del World Trade Center, obra del arquitecto Henry N. Cobb y los astilleros Marina Barcelona 92, siempre con yates en reparación, en espera del inicio de trabajos o de devolución al armador después de las tareas de mantenimiento. 

Los billetes pueden adquirirse en la taquilla o bien en maquinas automáticas, con las que Alsa tiene sobrada experiencia por sus servicios de autobús, esta vez terrestre en España y un buen número de otros territorios. El precio de un trayecto es de 1,9 Euros y es posible adquirir billetes de ida y vuelta, como también ajustar esos precios con abonos de diez viajes, de dos días o de un mes, además de ofrecerse descuentos para niños, jóvenes y personas mayores.

La pequeña terminal del bus náutico está en un tinglado centenario rehabilitado recientemente.

Desde el puerto, las previsiones iniciales de pasajeros están cifradas en un millón de usuarios al año. Por otro lado, el trayecto con el que se estrena el bus náutico está llamado a ser una prueba piloto, pues con el servicio ya en marcha la intención es ampliar los puntos de atraque pensando, por ejemplo en las estaciones marítimas de cruceros. Unirlas con los muelles más próximos al centro de la ciudad con embarcaciones de cero emisiones estaría alineado con la intención de descarbonización del puerto que también pasa por poner en marcha las conexiones de la red eléctrica para alimentar a los buques de pasaje en sus escalas (ampliable después al resto de buques) y así poder apagar los motores de los grandes barcos en puerto. 

El bus náutico ya está en marcha. El de Barcelona inspirará probablemente en los próximos años a más puertos de la península e islas para tener el suyo. El servicio es una novedad, aunque no absoluta, pues en 2013 la naviera Baleària puso en marcha La Panseta, un barco de 12 metros de eslora y capacidad para 60 personas alimentado al 100% por la energía solar captada por 18 placas. La embarcación unía el centro de la ciudad de Denia, en Alicante, con la estación marítima, transportando tanto pasajeros que tomaban el ferry desde y hacia baleares, empleados de la compañía o visitantes de las instalaciones de la naviera, que también tiene áreas de ocio y restauración. La pandemia obligó a suspender el servicio en 2020 y no se recuperó. Por ello, los barcos eléctricos y cero emisiones del bus náutico de Barcelona son ahora únicos en su clase.

Las autoridades portuarias, políticas y del transporte en la proa del Ecocat Tres, a la llegada del primer viaje del bus náutico al muelle de Levante.