Nautik Magazine

El cofundador de OceanGate planea sumergirse en el Agujero Azul de Dean, denominado por los locales como «el portal al infierno»

Un año después de la catástrofe del Titán de OceanGate, en la que cinco personas perdieron la vida al sumergirse en busca de los restos del Titanic en un submarino que no cumplía las normativas, el cofundador de la empresa, Guillermo Sohnlei, planifica una nueva y peligrosa aventura: descender por el Agujero Azul de Dean, uno de los pozos submarinos más profundos (y desconocidos) del mundo situado en las Bahamas.

Bajo el nombre Sapphire Abyss, la expedición corre a cargo de Blue Marble Exploration, una empresa fundada por Sohnlei tras su salida de OceanGate. «La próxima frontera para nuestro equipo está en las profundidades submarinas del Dean’s Blue Hole. En el primer descenso de sumergibles tripulados, equipados con luces LED y tecnología de drones submarinos, nuestros científicos podrán aventurarse en algunas de las condiciones menos hospitalarias de la Tierra en busca de hallazgos sin precedentes. Hasta la fecha, el Agujero Azul de Dean ha estado prácticamente inexplorado. Al aventurarse en aguas desconocidas, nuestro equipo tendrá que ‘esperar lo inesperado», reza la página web de la empresa (cuya misión es explorar cada rincón desconocido del océano).

La profundidad del Agujero Azul de Dean, de 202 metros, hacen que se trate de una de las cavernas submarinas más desconocidas del mundo: «Es un enigma para los geólogos. Es el más grande de su tipo en el mundo y, sin embargo, se sabe muy poco sobre él, incluido cómo se formó hace más de 15.000 años», explica la empresa web, donde añaden que se trata de una formación «inaccesible para los buceadores más experimentados» y que «su remota ubicación hace que sea increíblemente difícil lanzar operaciones importantes en superficie».

Además de la profundidad del Agujero Azul de Dean, Blue Marble Exploration expone una larga lista de desafíos a los que se enfrentará el equipo durante el descenso: son aguas inexploradas con corrientes y cambios de temperatura desconocidos. El equipo también se verá expuesto a una presión extrema (en torno a 20 veces mayor que la de la superficie) y oscuridad plena.

La leyenda del lugar cuenta que el Agujero Azul de Dean es un portal al infierno y que el Diablo acecha en sus profundidades. De hecho —cuenta la empresa—, que varias personas se ahogan cada año en sus aguas: «Esperamos encontrar restos humanos y nos preparamos para manejar esa situación con el debido respeto a las familias».

En la expedición participarán el propio Sohnlei y otras dos personas: el líder del equipo científico Kenny Broad y el director médico Scott Parazynski. Y aunque aún no han hecho pública la fecha exacta del viaje, Sohnlei ha asegurado que se hará en 2024.