El pueblo Moken, que vive entre Myanmar y Tailandia desde hace unos 4.000 años, lleva una vida como ninguna otra. Conocidos como nómadas del mar, toda su existencia gira en torno al océano, un estilo de vida que ahora se enfrenta a importantes desafíos. Son de los últimos pueblos del mundo que viven de este modo, famosos por sus extraordinarias habilidades de buceo libre y por vivir en embarcaciones tradicionales kabang. Pero el mundo está cambiando… y también la vida de los Moken.
En la actualidad, la mayoría de los Moken se han asentado en el archipiélago de Mergui, frente a la costa de Myanmar, con una presencia menor en una isla tailandesa. El equipo de Edges of Earth, dirigido por el aventurero Andi Cross, se embarcó en una misión a estas islas para comprender la vida cotidiana de los Moken y los problemas a los que se enfrentan en un mundo que se moderniza rápidamente.
Esta expedición fue mucho más que una simple visita. Fue un viaje de descubrimiento destinado a comprender en profundidad los retos singulares de los Moken y averiguar cómo apoyarlos. El equipo estaba decidido a encontrar formas de ayudar a los Moken a preservar su cultura en medio de los rápidos avances del siglo XXI.
Para los Moken, la llegada de los tiempos modernos conlleva un cúmulo de dificultades. Sus costumbres tradicionales, incluida la apatridia (persona física que no posee ninguna nacionalidad), están bajo la amenaza constante del invasor mundo moderno. La generación más joven se encuentra en una encrucijada, luchando por equilibrar las costumbres ancestrales con las nuevas influencias modernas. Las antaño comunes barcas kabang son ahora una rareza, símbolo de una cultura en transición.
Los problemas medioambientales se suman a sus desafíos. El estilo de vida de los Moken, intrínsecamente ligado al mar, se ve amenazado por la contaminación, la sobrepesca y los efectos más amplios del cambio climático. Estos problemas afectan a sus fuentes de alimentación y medios de subsistencia tradicionales y amenazan el núcleo de su identidad cultural.
La misión del equipo de Edges of Earth iba más allá de la mera observación; pretendían marcar una diferencia tangible. Su objetivo era amplificar la historia de los Moken a nivel mundial, cultivando el apoyo y la comprensión hacia esta comunidad única. Pretendían conectar a los Moken con el resto del mundo, fomentando el aprecio por su cultura diferenciada.
En este contexto, la transición de la comunidad Moken de las ocupaciones tradicionales al turismo, facilitada por Andaman Discoveries, se alinea con los objetivos del equipo de Edges of Earth. Creada tras el tsunami de 2004, Andaman Discoveries ha sido fundamental para ayudar a los Moken a adaptarse a los retos modernos desde 2011, preservando al mismo tiempo su patrimonio. Han fomentado asociaciones basadas en la confianza que capacitan a los moken en el turismo, alejándolos de industrias explotadoras como la pesca comercial. Esta colaboración está reconfigurando la vida cotidiana de los moken, garantizando que conserven sus tradiciones en las nuevas circunstancias.
Además, el interés de Edges of Earth por las prácticas sostenibles refleja los esfuerzos de Andaman Discoveries por promover el reciclaje moderno y dirigir el programa Guardianes del Océano. Estas iniciativas, que abordan el impacto del consumismo occidental y combaten la contaminación marina por plásticos, proporcionan ingresos y protección medioambiental a los Moken. Ambas organizaciones se han comprometido a explorar opciones sostenibles como el ecoturismo, que podría proporcionar ingresos sin alterar el estilo de vida de los moken, y a dar prioridad a la protección de los ecosistemas marinos cruciales para el modo de vida de los moken.
La expedición puso de relieve la importancia de contar historias para conectar mundos diferentes. Sirve como grito de guerra para la concienciación y el apoyo mundiales. La historia de los Moken no trata sólo de sobrevivir, sino de preservar un modo de vida rico y único en medio de los vertiginosos cambios de nuestro mundo.
Además de estos problemas, el equipo también observó la falta de acceso de los Moken a la atención sanitaria básica y a la educación. Los niños, que crecen en un mundo muy diferente al de sus antepasados, corren el riesgo de perder el contacto con su herencia cultural. El equipo reflexionó sobre cómo salvar esta brecha, asegurándose de que la generación más joven se sienta conectada con sus raíces al tiempo que se les dota de habilidades para prosperar en un entorno moderno.
La expedición Edges of Earth, a través de su viaje, no sólo descubrió los retos a los que se enfrentan los Moken, sino que también celebró su resistencia y adaptabilidad. Es una historia que nos insta a reflexionar sobre nuestro papel en la preservación de las diversas culturas y estilos de vida que enriquecen nuestro mundo.
Cuando Andi Cross y su equipo concluyeron su viaje, se marcharon con una comprensión más profunda del mundo de los Moken y con el compromiso de seguir apoyando su lucha por mantener su patrimonio único en un mundo en constante evolución.