La constructora naval española Navantia ofrece a Filipinas el suministro de dos submarinos de la clase S-80, como los que está construyendo para la Armada española, formación del personal que se encargará de los buques y transferencia de tecnología para operar y mantenerlos, entre otros elementos, por 1.700 millones de dólares (1.565 millones de euros).
El diario filipino Inquirer recoge la oferta revelada por el responsable comercial de Navantia Guillermo Zamarripa en una rueda de prensa en el país, en la que destaca que se trata de “una solución completa”, con la que se asegura “una interoperabilidad real y se ocupa de las necesidades de entrenamiento y tareas administrativas”.
Además, se incluye el establecimiento de una base de submarinos completa, incluida infraestructura y apoyo logístico, en la ciudad de Ormoc, al este de la isla de Leyte, donde podrán albergarse y realizar el mantenimiento de los S-80.
Este mismo verano, Francia sumó también a la oferta de su compañía Naval Group de dos submarinos Scorpene para Filipinas la habilitación de una base naval para acogerlos, en este caso en la bahía de Súbic, en el este de la isla de Luzón. De acuerdo con las explicaciones de Zamarripa, la ubicación de Ormoc elegida por Navantia se basa en un proceso de evaluación de varios emplazamientos potenciales en todo el país.
Se han tenido en cuenta aspectos como la protección geográfica contra condiciones climáticas extremas, un bajo riesgo sísmico, la proximidad al aeropuerto de Daniel Z. Romualdez y el apoyo logístico que brinda la actividad portuaria que ya existe en el lugar.
Centro de entrenamiento
La oferta de Navantia prevé además, según la fuente, un centro de entrenamiento para los tripulantes. El citado medio local recoge que los buques ofrecidos por la empresa española, de la denominada clase Isaac Peral, “son submarinos convencionales de largo alcance mejorados con un sistema de propulsión independiente del aire que les permite permanecer sumergidos hasta tres semanas (mucho más tiempo que otros submarinos que pueden permanecer bajo el agua sólo unos días antes de salir a recargar sus baterías), lo que mejora sus capacidades de sigilo”.
Añade así que se trata de unas naves capaces de realizar ataques a tierra, mediante el uso de misiles estadounidenses Tomahak y Harpoon; además de realizar operaciones de guerra antisuperficie y antisubmarina y de completar misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento.
La publicación también destaca el sistema de control de plataforma mejorado del que dispondrá cada S-80, y que ha sido desarrollado por la filial Navantia Sistemas. Esta solución facilita que cada buque pueda ser tripulado por 32 personas, además de poder alojar a otras ocho más, básicamente para operaciones especiales.