OceanGate –la empresa de exploración marina que operaba el sumergible Titán que desapareció e implosionó en junio– suspende todas las operaciones de exploración y comerciales, según la web de la empresa.
La noticia de la suspensión llega poco más de dos semanas después de que cinco personas murieran, entre ellas el consejero delegado de la empresa, Stockton Rush, durante un viaje a los restos del Titanic.
OceanGate ofrecía anteriormente inmersiones en los restos del Titanic –que había visitado con éxito en dos ocasiones– y en respiraderos hidrotermales del archipiélago de las Azores, en Portugal, ambas con un coste de 250.000 dólares por pasajero, según su página web.
Días después de que el submarino perdiera el contacto, la Guardia Costera anunció que se habían recuperado «presuntos restos humanos» de los escombros del submarino Titán, que fueron recuperados del fondo marino.
OceanGate también tenía otra serie de operaciones comerciales, como el uso de submarinos para pruebas en aguas profundas, filmación y fotografía submarina, o investigación y recopilación de datos.
Antecedentes clave
El sumergible Titán desapareció por primera vez el domingo 18 de junio, tras partir en un viaje con destino a los restos del Titanic, lo que desencadenó una búsqueda por parte de la Guardia Costera que duró unos cinco días. Las autoridades mantuvieron inicialmente la esperanza de que los cinco hombres que iban a bordo pudieran salvarse antes de que se agotara el oxígeno de la embarcación el jueves, hasta que el Distrito Noreste de la Guardia Costera anunció que se había descubierto un campo de escombros con partes externas del sumergible Titán en una zona próxima a los restos del Titanic.
La Guardia Costera confirmó que el sumergible Titán sufrió una «implosión catastrófica» que provocó la muerte de los pasajeros. Días después de que se perdiera el contacto con el submarino, la Guardia Costera anunció que se habían recuperado «presuntos restos humanos» de los escombros del submarino Titán, que fueron recuperados del fondo marino.
Durante la búsqueda de la nave, empezó a salir a la luz información sobre sus creadores y su cuestionable construcción. En una entrevista de 2021, Rush dijo que había «roto algunas reglas» al diseñar el sumergible, concretamente al construirlo en contra de las normas del sector utilizando fibra de carbono y titanio. Los científicos de la Sociedad de Tecnología Marina también tenían inquietudes y criticaron a OceanGate en 2018 por no cumplir una serie de normas voluntarias de la industria para la seguridad de las embarcaciones y le instaron a enviar un prototipo para su revisión, según una carta obtenida por el New York Times.