Levantar la mirada, ver la Plaza del Obradoiro y saber que has llegado: los peregrinos que han hecho este año el Camino a vela tuvieron esa imagen este jueves 29 de junio, poniendo fin a la última etapa de la octava Travesía que reivindica la ruta náutica hasta Santiago de Compostela.
Esta experiencia de turismo azul sostenible comenzó el 6 de junio en el Puerto francés de La Rochelle, donde soltaron amarras los 25 veleros con el grupo de peregrinos a bordo de diferentes nacionalidades: franceses, españoles, argentinos y mexicanos.
A lo largo de tres semanas han navegado, en la que ha sido la Travesía más larga de sus ocho ediciones, por la costa norte de España, recalando en 12 localidades: Hondarribia, Bermeo y Getxo en Euskadi; Laredo y Santander, en Cantabria, Gijón en Asturias, y Ribadeo, Cedeira, A Coruña, Muxía, Muros, Boiro y Vilagarcía de Arousa, en Galicia.
“El Camino a vela” ha navegado también por la Educación Azul, lema de la Travesía 2023, con el objetivo de “acercar el mar a la gente y la gente al mar”, visibilizando las profesiones marítimas como salida al empleo, especialmente entre los más jóvenes, a través de la educación.