Los barcos clásicos y la historia se dieron cita en el mar del 10 al 25 de junio con la primera Richard Mille Cup, donde se reunieron 11 históricas embarcaciones, todas construidas antes de 1939 y con la participación de 200 tripulantes. Entre ellas, la goleta Mariette se proclamó vencedora absoluta.
El vínculo emocional que une a Richard Mille con los yates clásicos se forjó en el encuentro de dos mentes. Una amistad con Benoît Couturier llevó a la pareja a crear el Team Fife y de ahí en adelante a establecer la Copa Richard Mille como una forma de renovar el propósito de estos veleros. La idea giraba en torno a revivir el deporte tal y como era en su apogeo, cuando estos grandes veleros de principios del siglo XX fueron concebidos por primera vez. Y eso significaba poder inscribirlos en regatas parecidas a las de la época.
‘Estos veleros de principios del siglo XX fueron diseñados y construidos para nada más que la velocidad y es esa calidad extrema la que aprecio. Su belleza y eficacia contribuyen a su formidable personalidad. Tanto si se fijan en sus líneas como en las velas o los mástiles, todo es magnífico. Hasta el más mínimo detalle resulta excepcional, porque cada uno tiene su función. Estos yates, construidos con materiales nobles, tienen alma. De hecho, existen enormes similitudes entre estos barcos y nuestros relojes. Es cierto que no son de la misma época, pero nacen del mismo enfoque filosófico», explica Richard Mille.
Con esta edición inaugural de dos semanas, la Copa Richard Mille volvió a visitar los lugares de las gloriosas regatas de la época anterior a la guerra. Reforzando esta renovación de la tradición, un grupo de prestigiosos clubes náuticos con una larga historia se lanzaron a apoyar esta competición sin precedentes.
El Royal Cornwall Yacht Club de Falmouth, el Royal Dart Yacht Club de Dartmouth y el exclusivo Royal Yacht Squadron de Cowes, fundado en 1815, abrieron sus puertas a los yates y tripulaciones participantes.
Cuestión de fechas
11 de junio de 2023. Falmouth. Cornualles inglés. Once yates, doscientos navegantes. Hombres y mujeres de todas las generaciones y de diversos orígenes; todos movidos por la misma pasión –las regatas de yates clásicos– se reunieron para competir en un espíritu de deportividad. ¿Y el programa? Regatas costeras y de pasaje que llevarán a la flota de veleros antiguos de Falmouth a Cowes pasando por Dartmouth, antes de cruzar el Canal de la Mancha hasta la meta final en Le Havre, Francia.
17 de junio de 2023. El tiempo fue el maestro de ceremonias, dictando el guión y distribuyendo los papeles. Brisas en tierra, brisas marinas y falta de viento pusieron a prueba la experiencia y la capacidad de adaptación de los patrones y sus tripulaciones. Para cada regata, las tácticas ideadas el día anterior se sustituyeron por otras nuevas al amanecer. Las regatas se sucedían una tras otra y, sin embargo, nunca eran iguales. El mar crea sus propias reglas.
La batalla entre Atlantic, Adix y Mariette llevó las emociones a un punto álgido. Las goletas cortaron las olas con majestuosidad. El cronómetro pronunció su veredicto para estos veleros, así como para las embarcaciones del Team Fife, Mariquita, Moonbeam IV y Moonbeam, y para Ayesha, Cynthia, The Lady Anne, Kelpie y Tuiga, esta última timoneada por Pierre Casiraghi, navegante socio de Richard Mille. Después de cada reñida manga, los clubes náuticos dieron la bienvenida a los ganadores del día y felicitaron a todos los participantes.
22 de junio de 2023. En el puerto de Cowes, en la isla de Wight, las tripulaciones se enfrentaron a una modificación del recorrido que añade una puerta entre dos marcas virtuales frente a la costa francesa de Albâtre. Se consultan las cartas meteorológicas. Se estudian las estrategias. Como en días anteriores, los competidores se observan unos a otros y ajustan su rumbo en consecuencia. Una vez en marcha, la flota partió saboreando el buen viento y las ráfagas ocasionales. w. La línea de llegada final y la clasificación general les esperaban a 100 millas náuticas de distancia.
25 de junio de 2023. En la Société des Régates du Havre, fundada en 1838, la copa –diseñada por el famoso joyero Garrard– esperaba pacientemente a ser grabada con el nombre del barco triunfante. Al final de la primera edición, Mariette obtuvo el privilegio. Una réplica de 40 centímetros del trofeo perpetuo se entregó a los ganadores de cada categoría en una alegre ceremonia a la que asistieron todos los participantes. Mariette se llevó los máximos honores en la clase Goleta, mientras que The Lady Anne, con aparejo de foque, ganó en la clase Cúter.
El entusiasmo mostrado por los navegantes y admiradores de los auténticos yates en cada puerto de escala confirmó la elección de la marca de participar en este deporte, con su larga tradición de excelencia. La primera Copa Richard Mille ha lanzado una historia de la vela clásica aún por contar. Impulsadas por la pasión por la elegancia y el gusto por las prestaciones, las próximas ediciones escribirán los siguientes capítulos de un cuaderno de bitácora igualmente cautivador.