«Ahora creemos que nuestro consejero delegado Stockton Rush, Shahzada Dawood y su hijo Suleman Dawood, Hamish Harding y Paul-Henri Nargeolet, tristemente se han perdido», dijo la compañía en un comunicado el jueves.
El contacto con el submarino se perdió poco después de iniciar su descenso desde la superficie del océano Atlántico para visitar los restos del famoso Titanic. El contralmirante de los guardacostas estadounidenses John Mauger confirmó en una rueda de prensa el jueves que la búsqueda del Titán había arrojado restos que son «consistentes con una pérdida catastrófica de la cámara de presión».
Mauger dijo que las familias de todos los que iban a bordo fueron notificadas inmediatamente después de que se tomara la determinación. «Un campo de escombros fue descubierto dentro del área de búsqueda por un ROV cerca del Titanic», dijo la Guardia Costera en un tweet anterior anunciando la conferencia de prensa.
El experto en buceo David Mearns, que también es amigo de los pasajeros del Titán, dijo a la BBC que los restos incluyen «un bastidor de aterrizaje y una cubierta trasera del sumergible». Titán perdió el contacto con la superficie menos de dos horas después de iniciar su viaje el domingo. Se creía que llevaba a bordo unas 96 horas de oxígeno.
El cofundador de OceanGate, Guillermo Söhnlein, que abandonó la empresa hace años, declaró a la cadena británica en respuesta a la noticia de los restos descubiertos: «Si se produce un fallo se produciría una implosión instantánea. Si eso es lo que ocurrió es lo que habría ocurrido hace cuatro días».
Si el casco del Titán falló, puede que se tarde mucho tiempo –si es que se llega a eso– en diagnosticar qué falló exactamente. Pero en última instancia la causa son sin duda las extraordinarias fuerzas ejercidas por el océano a gran profundidad.
El Dr. Nicolai Roterman, ecólogo de los fondos marinos y profesor de biología marina en la Universidad de Portsmouth, explica que a una profundidad de más de 2 millas el Titán estaba sometido a más de 2,5 toneladas de presión.
Si el submarino fallara, exponiendo directamente a los pasajeros a ese tipo de presiones, Roterman afirma que se acabaría muy rápidamente. «Si se produjera cualquier tipo de brecha en el casco, los ocupantes sucumbirían al océano casi en un instante».
Como señala el también colaborador de Forbes Marshall Shepherd, la presión que experimentamos de la atmósfera a nivel del mar es de apenas 6,6 kilos, o menos de tres décimas de la presión encontrada en el lugar del naufragio del Titanic.
«Creo que es importante recordar que para nosotros, los humanos, las profundidades marinas son un lugar muy inhóspito», añade Roterman. «Incluso la tecnología más fiable puede fallar y, por tanto, ocurrirán accidentes. Con el crecimiento del turismo en aguas profundas, debemos esperar más incidentes como éste».