Nautik Magazine

Sin radar ni GPS: por qué son tan difíciles las misiones de búsqueda y rescate submarinos

Los equipos de rescate corren contrarreloj para encontrar un sumergible en el océano Atlántico después de que el domingo desapareciera un submarino turístico que transportaba a cinco personas durante una expedición para explorar los restos del R.M.S. Titanic, una tarea notoriamente difícil que, de tener éxito, sólo marcaría el comienzo de lo que podría ser una operación de rescate muy complicada.

Datos clave

La Guardia Costera de Estados Unidos informó de que el barco que transportaba el sumergible, llamado Titán, perdió el contacto aproximadamente a la hora y 45 minutos de su misión de recorrer los restos del Titanic, que se encuentran a unas 400 millas de la costa de Terranova (Canadá).

Jamie Pringle, lector de geociencias forenses de la Universidad inglesa de Keele, afirmó que las búsquedas acuáticas son «bastante complicadas», ya que los océanos son entornos difíciles de buscar debido a sus «diferentes niveles de estratificación», a las corrientes y a que el fondo marino es mucho más «accidentado que en tierra».

La comunicación también es mucho más difícil y, al no haber un anclaje que una Titán a su nave de apoyo, la única forma de comunicarse con él será a través del mar, explicó Eric Fusil, profesor asociado de la Universidad de Adelaida (Australia) y director del centro de construcción naval de esta universidad.

Comunicarse a través del agua es muy diferente que hacerlo a través del aire, ya que el agua bloquea rápidamente la propagación de las ondas electromagnéticas, explicó Fusil, lo que significa que los rescatadores no tienen «ni radar, ni GPS» ni focos o rayos láser más allá de «unos pocos metros».

Aunque el sonar, que utiliza ondas sonoras para localizar o comunicarse a través del agua, es una opción para localizar el submarino desaparecido, Pringle dijo que se necesitaría una técnica «especializada» que utilizara un «haz muy estrecho» para determinar la posición de un submarino tan pequeño a esta profundidad, un proceso que podría llevar mucho más tiempo del que disponen los rescatadores.

Qué hay que vigilar

Aunque encontrar Titán es difícil, rescatarlo podría serlo aún más. «Si ha descendido al lecho marino y no puede volver a subir por sus propios medios, las opciones son muy limitadas», afirma Alistair Greig, profesor de ingeniería marina del University College de Londres. Dada su misión, es posible que Titán haya ido más allá de la plataforma continental hasta aguas muy profundas». Incluso si aún está intacto, Greig dijo que «hay muy pocos buques que puedan llegar tan profundo» y los buzos ciertamente no pueden. Greig dijo que los vehículos diseñados para rescates de submarinos de la Marina «no pueden bajar ni de lejos a la profundidad del Titanic». Incluso si pudieran, «dudo mucho que pudieran acoplarse a la escotilla del sumergible turístico», añadió Greig.

Cita crucial

«El tiempo corre», dijo Fusil. Cualquier submarinista o buceador de profundidad «sabe lo implacables» que son estos entornos, añadió Fusil. «Desde el punto de vista de la ingeniería, ir bajo el mar es tanto o más difícil que ir al espacio».

Más

La empresa OceanGate Expeditions de Everett, Washington, opera el Titán, y se cree que entre las cinco personas que iban a bordo durante la inmersión se encuentra el magnate de la aviación Hamish Harding. Al parecer, las condiciones de la embarcación son estrechas –no hay asientos– y su diseño es muy sencillo, con un mando parecido al de una consola de videojuegos. Suele sumergirse con un suministro de oxígeno de emergencia para cuatro días, lo que da a los rescatadores un margen de maniobra muy limitado.