No son habituales las interacciones entre barcos y orcas, hasta ahora. O, más bien, hasta hace tres años, cuando los expertos empezaron a notar un aumento significativo de incidentes de orcas y barcos, principalmente centrados en el Estrecho de Gibraltar. Ahora, la actividad se ha incrementado y parece ser que hay una culpable clara (o, al menos, todo señalan a ella): Gladys.
La principal hipótesis, según detallan biólogos marinos, pudo estar en un ejemplar de orca, matriarca de un grupo de cetáceos, que pudo haber vivido una experiencia desagradable con un barco: ¿enredada entre redes de pesca?, ¿golpe con una embarcación?, ¿herida con un motor? Este ‘trauma’ pudo haber sido el principio de todo.
Un comportamiento de ataque por parte de Gladys que probablemente es imitado por el resto de ejemplares jóvenes del grupo, dando lugar a los incidentes que ahora se registran. De momento, se han producido 30 avistamientos y son 53 interacciones en lo que va en este 2023, multiplicándose con respecto a los últimos años.
Ante este comportamiento, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico está impulsando el marcaje satelital de seis ejemplares de orca, en colaboración con la entidad CIRCE (Conservación, Información y Estudio sobre Cetáceos).
Se ha realizado ya el marcaje satelital de un ejemplar de orca, que había sido identificado previamente como uno de los ejemplares que interactúan con las embarcaciones. La información que proporciona va a permitir identificar su localización en las últimas horas y elaborar un mapa semanal de la zona aproximada en la que este ejemplar de orca se ha estado desplazando en este periodo.