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Los océanos, lagos y ríos no proceden de los meteoritos (y tiene una explicación)

Los resultados de un nuevo estudio sobre los orígenes de toda el agua de la Tierra podrían tener importantes implicaciones para la búsqueda de agua -y vida- en otros planetas. GETTY

Esta semana hemos descubierto que toda el agua de la Tierra es más antigua que el Sol, pero aún no sabemos de dónde procede.

Y no es de meteoritos ‘fundidos’, sugiere un nuevo estudio publicado en Nature, que ha analizado meteoritos que hasta hace poco estaban en el espacio desde la formación del sistema solar hace 4.500 millones de años. ‘Fundido’ en este contexto significa que un meteorito procede de un asteroide ígneo, es decir, que se ha fundido en magma. Tales meteoritos caen regularmente sobre la Tierra.

A pesar de que entre los astrónomos existe la creencia común de que el origen del agua está en los meteoritos de la Tierra (y posiblemente cometas) los científicos descubrieron que estos meteoritos fundidos se encuentran entre los materiales extraterrestres más secos jamás medidos.

«Queríamos entender cómo se las arregló nuestro planeta para conseguir agua porque no es del todo obvio», dijo Megan Newcombe, profesora adjunta de Geología en la Universidad de Maryland. «Conseguir agua y tener océanos superficiales en un planeta que es pequeño y está relativamente cerca del Sol es todo un reto».

La línea blanca discontinua de esta ilustración muestra el límite entre el sistema solar interior y el sistema solar exterior, con el cinturón de asteroides situado aproximadamente entre Marte y Júpiter. Una burbuja cerca de la parte superior de la imagen muestra moléculas de agua adheridas a un fragmento rocoso, lo que demuestra el tipo de objeto que podría haber transportado agua a la Tierra. JACK COOK/INSTITUCIÓN OCEANOGRÁFICA DE WOODS HOLE

Los científicos analizaron elementos volátiles –incluidos magnesio, hierro, calcio y silicio– en el interior de siete meteoritos de acondrita o «pétreos» que tienen su origen en planetesimales del sistema solar primitivo.

Algunas de las muestras de meteoritos procedían del cálido y seco sistema solar interior, mientras que otras, más raras, procedían de su extremo exterior, más frío y helado. Sin embargo, los resultados revelaron que el agua representaba menos de dos millonésimas partes de su masa. Por tanto, no todos los objetos del sistema solar exterior son ricos en agua, como se pensaba.

«Sabíamos que muchos objetos del sistema solar exterior eran diferenciados, pero se suponía implícitamente que, por ser del sistema solar exterior, también debían contener mucha agua», explica Sune Nielsen, coautora del estudio y geóloga de la Institución Oceanográfica Woods Hole. «Nuestro trabajo demuestra que no es así. En cuanto los meteoritos se funden, no queda agua».

Alrededor del 71% de la superficie de la Tierra está cubierta de agua, pero cómo llegó hasta aquí sigue siendo un misterio.

Te deseamos cielos despejados y ojos bien abiertos.

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