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De parte de Google, el mejor truco para gestionar el tiempo

En el correo electrónico, Dillon explica que hay dos tipos de planificadores: los managers o los fabricantes. El día del manager se divide en intervalos de 30 minutos. “Cambian lo que están haciendo cada media hora”, escribe. El día del fabricante, por el contrario, es diferente. Su forma de utilizar el tiempo se divide en bloques de medio día o de día entero. “Tienen que hacer, crear, construir. Pero, antes de eso, tienen que pensar. Incluso una sola reunión de 30 minutos en medio del día puede ser perjudicial”, explica.

Las reuniones consumen un tiempo muy valioso que podría dedicarse a pensar o crear. “Muchas de ellas podrían obviarse, ser más cortas o incluir a menos personas”, añade. El tiempo que eliges realmente importa. Por eso, “hay que comprometerse a reservar en el horario un tiempo para pensar y crear, incluyendo el lugar donde lo dedicarás y en qué temas estarás trabajando. De esta manera, sabes que ese tiempo estás ocupado”, sugiere.

Debido a que nuestros niveles de energía suben y bajan durante la semana, tiene sentido planificarla consecuentemente, dice Dillon. “Por la mañana dedícate a pensar y a hacer todo aquello que requiera de tu mente. Por la tarde, el tiempo es idóneo para las tareas más mecánicas”, dice.

Se trata, por tanto, de que cada día tengamos un tiempo reservado para situarnos personal y profesionalmente en el trabajo. De forma que aprendamos a vernos con perspectiva y a reflexionar sobre lo que venimos haciendo. Para Dillon la semana perfecta sería así:

Lunes: Pilas cargadas tras el fin de semana. Planifica las tareas de la semana, metas y objetivos.

Martes y Miércoles: El momento de mayor energía. Aborda los temas difíciles, lluvia de ideas, crea, giro de estrategias, creación…

Jueves: La energía empieza a decaer. Es el día de las reuniones, sobre todo para asuntos que requieran consenso.

Viernes: ¿Energía? ¿Dónde? Céntrate en trabajos a largo plazo y en buscar contactos.