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Lista Forbes | Los 10 mejores discos nacionales e internacionales de 2025

Las listas de “los mejores” son siempre subjetivas, pero si buscamos el mínimo común denominador podremos encontrar el modo de conseguir algo más parecido a la objetividad. Esta es la lista de los 20 mejores discos de 2025 elaborada con el criterio de Forbes. 

La lista Forbes de los 10 mejores discos nacionales e internacionales de 2025 reúne los álbumes que han definido el año musical por su ambición artística, su impacto cultural y su capacidad para perdurar más allá de la inmediatez. En un curso especialmente prolífico, esta selección pone el foco en los trabajos que han sabido destacar con una voz propia, ya sea desde la innovación, la solidez autoral o la conexión con su tiempo.

El resultado es una lista equilibrada y transversal, que combina artistas consagrados y nuevas referencias, escenas locales e internacionales, y que ofrece una radiografía clara de por qué 2025 ha sido un año especialmente relevante para la música.

LOS 10 MEJORES DISCOS NACIONALES

1º) Rosalía: “Lux”

Como dice Pablo Gil en su columna para La Lectura, el suplemento cultural del periódico El Mundo, “Rosalía no solo ha hecho el mejor disco español del año, sino que es uno de los mejores del mundo, según la crítica anglosajona”. Y es así: además de ser el único disco que ha sido votado por todos menos uno de los votantes (ocho de los cuales le han dado la máxima puntuación), y quedarse cerca de doblar en puntos al segundo disco más votado (108 frente a 64), también aparece en el 15º puesto de la lista de Pitchfork, en 4ª posición en la del periódico The New York Times y el semanario The New Yorker y en 3ª para Rolling Stone…, pero es el número 1 para The Guardian y la emisora británica BBC y la Bayerischer Rundfunk alemana. Metacritic, una web que recopila las puntuaciones de periódicos y revistas de habla inglesa, lo sitúa como 2º mejor disco del año (con 95 puntos de media, con seis plenos al 100 entre los datos recopilados), por detrás, tan sólo, de… ¡la reedición del cincuentenario de “The Lamb Lies Down on Broadway”!, de la banda británica Genesis, que aparece con 96 puntos.

La catalana ha hecho con “Lux” un disco aparentemente ajeno a su tiempo, pero es, al mismo tiempo, y sin que sea una paradoja, una obra completamente atemporal. Ha apabullado de salida, aunque aún le queda demostrar que pueda ser un clásico. Grandes discos en su momento no lo lograron, mientras que otros que pasaron más desapercibidos en su día, se convirtieron en mitos gracias al paso del tiempo. Con sus letras en trece idiomas y referencias a decenas de santas, el hecho de que “Lux” haya logrado recibir laudatorias reflexiones académicas y flotar en el mar de haters de las redes sociales es casi milagroso, y el mérito es exclusivamente de Rosalía. Aunque este no es su primer álbum en el que fusiona el pasado y el presente –véase su segundo álbum de 2018, “El Mal Querer”, con su embriagadora mezcla de flamenco y R&B–, en “Lux” hay mucho más en juego y el equilibrio es más pronunciado. Lo que lo eleva, aparte de sus melodías multicapa, sus ricas composiciones y su drama arraigado, es la alegría que lo impregna. Al igual que Björk durante su apogeo en los años noventa, la voz de Rosalía transmite sensaciones de asombro que te arrastran a su tornado. Incluso cuando te parte el corazón en dos, como en la floreciente balada de “La yugular”, o en la ascensión al cielo de “Magnolias”, la canción final en la versión digital (la versión en vinilo cuenta con 18 canciones, tres más que la que se ofrece en Spotify”, quieres estar allí con ella.

2º) Guitarricadelafuente: “Spanish Leather”

Tres años después de su álbum de debut, “La cantera”, Álvaro Lafuente, conocido artísticamente como Guitarricadelafuente, publicó “Spanish Leather”, su segundo álbum, considerado históricamente el más difícil de la trayectoria de cualquier artista. Sin embargo, este ha servido para confirmarle como uno de los narradores más sensibles y singulares de la música española actual. El álbum respira paisaje, memoria y deseo contenido, combinando su raíz folclórica con una producción más amplia y atmosférica que no traiciona su esencia. La guitarra sigue siendo el corazón emocional, pero ahora convive con texturas más cinematográficas, coros que acarician y arreglos que expanden la luz melancólica de sus canciones. La voz, siempre frágil y firme a la vez, sostiene letras que hablan de despedidas, huidas, heridas íntimas y pequeñas epifanías cotidianas, con un lenguaje poético que evita el exceso y apuesta por la sugerencia. “Spanish Leather” no busca el golpe inmediato: crece con las escuchas, como una confidencia que se despliega poco a poco. Es un disco maduro, cálido, hermoso y honesto, que consolida a Guitarricadelafuente como artista de fondo, más preocupado por emocionar que por deslumbrar.

3ª) rusowsky: “Daisy”

Con tan sólo un álbum, “Daisy”, Ruslán Mediavilla (conocido como rusowsky, nombre que evoca los orígenes bielorrusos de su madre) se ha convertido en uno de los referentes más personales del pop experimental español. Este álbum suena íntimo y digital a la vez: voces procesadas que susurran emociones frágiles, ritmos que juegan entre el bedroom pop, la electrónica minimalista y un rhythm’n’blues melancólico, con una producción que convierte la vulnerabilidad en atmósfera. “Daisy” no grita, hipnotiza; no busca el estribillo fácil, sino la sensación persistente. Hay ternura, ironía, soledad y deseo, todo envuelto en un universo sonoro reconocible y elegante. Es un disco que se escucha como una confesión nocturna, delicada y luminosa, que confirma lo singular de su talento.

4º) Valeria Castro: “El cuerpo después de todo”

Otro “difícil segundo disco” que corrobora todo lo apuntado en cuatro años sin tacha… Si sólo fuera por la voz, Valeria Castro ya podría ser una de las grandes realidades de la canción española de los últimos años. Pero es que Valeria Castro es, también, autora y compositora. Y no cualquier compositora, sino una con un talento descomunal, que se sabe rodear, además, de arreglistas excelentes. Musicalmente, no tenemos que situarla en el experimento de inspiración folk –a la manera de Rodrigo Cuevas, Mercedes Peón o Baiuca–, sino en un clasicismo –que es el de Serrat, Drexler o sus paisanos canarios Rosana y Pedro Guerra– actualizado gracias a los bellísimos arreglos y la sobria producción a cargo del catalán Carles “Campi” Campón, de una elegancia sobresaliente. Literariamente, sus textos no buscan la profundidad sino calar, en su sencillez, en el corazón del oyente y transmitir poderosamente su mensaje. 

5º) Rocío Márquez y Pedro Rojas Ogáyar: “Himno vertical”

Rocío Molina ya había demostrado con “Tercer cielo”, el álbum que creó junto a Bronquio, en el que mezclaba flamenco y electrónica de vanguardia, su capacidad de triunfar en la experimentación. “Himno vertical” es un nuevo encuentro poderoso entre la tradición flamenca y la exploración contemporánea, en el que Rocío Márquez vuelve a demostrar su capacidad para habitar el cante con profundidad, emoción y valentía, mientras que Pedro Rojas Ogáyar –co-fundador y co-director artístico del ensemble de experimentación musical Proyecto OCNOS– dialoga con ella desde la complicidad y la búsqueda sonora. El álbum respira riesgo y respeto: no rompe el flamenco, lo expande; no lo maquilla, lo ilumina desde nuevas perspectivas. Hay solemnidad, intimidad, espacio para el silencio y para el desgarro contenido. Cada pieza parece un ritual, una ascensión interior que justifica el título. “Himno vertical” es un trabajo exigente, bello y magnético, que confirma a Márquez como una de las voces más libres y necesarias del flamenco actual.

6º) Amaia: “Si abro los ojos no es real”

“Si abro los ojos no es real” muestra a una Amaia más consciente, valiente y emocionalmente afilada. El disco construye un universo íntimo, entre la dulzura melancólica y una madurez que ya no teme exponerse. La producción acompaña con elegancia, entre lo orgánico y el pop electrónico, potenciando una voz que sigue sonando cercana y humana. Es un álbum introspectivo, delicado y honesto, que confirma a Amaia como una narradora sensible y cada vez más sólida.

7º) VVV [Trippin’you]: “MECHARADIO”

Después de diez años de trayectoria en el ámbito alternativo, el grupo mostolense VVV [Trippin’you] ha comenzado a romper los límites de la música de nicho para darse a conocer más ampliamente. “MECHARADIO”, su quinto álbum, es un estallido oscuro y vibrante en el que trío lleva su propuesta a un territorio aún más visceral. El álbum mezcla post-punk, electrónica densa y una pulsión industrial que late como una ciudad nocturna. Letras sombrías, beats tensos y melodías heridas construyen un paisaje emocional entre la rabia, la melancolía y el deseo de huida: un disco contundente y atmosférico que confirma su identidad poderosa y singular.

8º) Linda Mirada: “Qué largo es el verano”

Qué largo es el verano marca el esperado regreso de Ana Naranjo, musicalmente conocida como Linda Mirada, después de doce años sin disco. Han bastado sólo siete canciones de pop luminoso y evocador, en poco más de media hora, para reverdecer los laureles de una de las musas del indie femenino. Su álbum combina ritmos ochenteros, pop mediterráneo y toques italodisco en melodías delicadas y melancólicas, donde historias íntimas y cotidianas se entrelazan con arreglos sofisticados. Un trabajo cuidado, íntimo y refrescante que reafirma su personalidad única en el pop actual.

9º) Sanguijuelas del Guadiana: “Revolá”

“Revolá”, el álbum de debut de Sanguijuelas del Guadiana, es un viaje sincero desde la infancia en su pueblo extremeño hasta la vida adulta y el regreso a las raíces, narrado en quince canciones que mezclan rock, rumba, electrónica y elementos tradicionales con un espíritu vibrante y personal. Con melodías frescas y letras que evocan verbenas, amistad y pertenencia, el trío redefine el sonido rural contemporáneo con energía y autenticidad.

10º)Zahara: “Lento ternura”

“Lento ternura”, el sexto álbum de Zahara, es el único disco en el que la suma de sus votos no la situaba en la posición en la que figura (hubiera sido undécima, por detrás, digámoslo, de “III” de Grande Amore). Ahí hemos aplicado un elemento corrector dado que su suma de puntos es el resultado de haber sido votada por cuatro votantes, mientras que al grupo gallego sólo lo habían votado dos, pero con puntuaciones superlativas. El de la andaluza es un trabajo introspectivo y evocador, en el que Zahara redefine su sonido con electrónica, techno y atmósferas experimentales, dejando atrás la guitarra y explorando calma, amor y reflexión con intensidad, en una obra que combina sensibilidad y audacia creativa.

LOS 10 MEJORES DISCOS INTERNACIONALES

1º) Geese: “Getting Killed”

El pasado mes de abril Nick Cave elogió en su blog The Red Hand Files el álbum de debut de Cameron Winter, “Heavy Metal”, publicado a principios de diciembre de 2024, y unos cuantos nos pusimos a rastrear quién demonios era ese pavo. Pues bien, ese tal Winter era (y es) el cantante y líder de Geese, una banda neoyorquina fundada en 2016 en el barrio de Brooklyn por cuatro estudiantes de secundaria y con tres álbumes publicados hasta aquel momento, que son ya cuatro con “Getting Killed”, que apareció a finales de septiembre. 

Es difícil recordar la última vez que una banda de rock con guitarras causó el mismo revuelo que Geese este año. Lo que no es nada difícil es entender qué es lo que los hace tan especiales. Con el nivel justo de seriedad y distanciamiento, Geese ocupa su lugar en la larga lista de hipsters excéntricos de Nueva York: The Strokes, Television, Talking Heads…, incluso Lou Reed. Sin embargo, la forma en que sus ritmos estrepitosos y sus letras crípticas capturan las ansiedades modernas hace que parezcan hechos para el momento, proféticos de la misma manera que lo parecía Radiohead cuando Internet empezó a cobrar impulso. Si eso hace que “Getting Killed” suene como un disco fundamental, es porque lo es. Su líder, Cameron Winter, se lamenta y se queja de actos de violencia aleatorios e impactantes, de sentirse desplazado y deshumanizado, de familias que son detenidas y encarceladas. En la canción que da título al álbum, parece sugerir que la comodidad y los privilegios son en sí mismos una especie de prisión. Pero si “Getting Killed” puede ser una experiencia dolorosa, también es catártica y, curiosamente, estimulante. Hay que darle su mérito a la batería, que suena emocionantemente nítida y contundente. Pero también hay que darle el suyo a las guitarras, que en un momento cortan y apuñalan y, al siguiente, crean un funk de fiesta callejera. Todo ello se suma a un disco especial que parece a la vez profundamente reverencial con su linaje, pero decidido a abordar la actualidad; un álbum que toma innumerables puntos de referencia familiares y los reorganiza en algo singular, aventurero y grandioso.

2º) Bad Bunny: “DeBÍ TIRAR MàS FOToS”

Casi lo mismo que lo dicho sobre el disco de Rosalía se puede decir del portorriqueño Bad Bunny y el álbum con el que ha querido dignificarse a sí mismo y a sus raíces. Bad Bunny es el cantante latino más famoso y comercialmente a prueba de balas que existe y está dedicando su fase imperial a ensalzar la estética y las historias de los más marginados de Puerto Rico. 

Hasta ahora había logrado triunfar internacionalmente siendo el meme de un gañán, balbuceando con algún programa de la firma Auto-Tune, pero igual que sucediera con Rosalía, capaz de hacer el álbum que nadie podía esperar, el portorriqueño se ha consolidado artísticamente desconectándose de su propio pasado, que no del de sus raíces. “DeBÍ TIRAR MàS FOToS” es un álbum tan profundamente moderno y actual que también está explícitamente arraigado en las alegrías de la tradición y las defiende. El disco fusiona de manera impresionante sonidos pasados, presentes y futuros de América Latina en un paisaje sonoro intergeneracional –porque todo lo antiguo también fue nuevo en su momento– y ofrece una fórmula para el activismo en el mundo real: cánticos contra la gentrificación y su No Me Quiero Ir de Aquí, la primera residencia musical del artista en “El Choliseo”, un rotundo “¡qué te den!” dirigido al colonialismo estadounidense. Al negarse a hacer giras por ningún lugar de Estados Unidos, ayudó a recaudar 713 millones de dólares para la economía puertorriqueña con los treinta conciertos que realizó en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot. La variedad del disco –de la salsa a la bomba, pasando por la plena, el bolero, el “perreo” old school, el house y esa cosa mal traducida como “música urbana”– impacta como un potente “alcoholado” (un remedio popular caribeño, a base de alcohol infusionado con hierbas aromáticas, usado para dolores musculares) para una herida infectada. 

3º) Pulp: “More”

“More”es el inesperado octavo álbum de Pulp, su primer trabajo de estudio en 24 años, publicado el 6 de junio de 2025, tras la larga espera desde “We Love Life” (2001). El disco combina la narrativa irónica y la sensibilidad social de Jarvis Cocker con arreglos actuales, sintetizadores y cuerdas que aportan calidez y profundidad. Canciones como “Spike Island” y “Got to Have Love” mantienen el ingenio y energía distintivos de la banda, mientras temas como “Grown Ups” invitan a la reflexión sobre la madurez y el paso del tiempo. El álbum equilibra vitalidad y melancolía, logrando un regreso que suena a Pulp: rico, honesto y sorprendentemente contemporáneo, sin renegar de su legado britpop. El álbum, además, alcanzó el número 1 en las listas del Reino Unido, confirmando que la banda sigue resonando con fuerza décadas después de sus mayores éxitos.

4º) Wet Leg: “Moisturizer”

“Moisturizer” es el segundo álbum de Wet Leg, una colección vibrante de indie rock que confirma la evolución del dúo femenino británico formado por Rhian Teasdale y Hester Chambers tras su exitoso debut. Convertido ahora en quinteto, el grupo combina energía postpunk, guitarras afiladas y letras ingeniosas que exploran amor, humor y vulnerabilidad con frescura contagiosa. Canciones como “CPR”, “Catch These Fists” y “Davina McCall” muestran un sonido más completo, cohesivo y emotivo que mantiene intacto su irreverente encanto.

5º) Little Simz: “Lotus”

“Lotus” es el sexto álbum de Little Simz, que ha creado el mejor disco de su carrera, una obra íntima y poderosa donde la rapera (y actriz) británica transforma dolor, traición y dudas en arte crudo y honesto. El disco mezcla rap, soul, jazz y afrobeat en trece temas que exploran vulnerabilidad, resiliencia y autoafirmación. Little Simz muestra una escritura intensa y personal, alternando momentos introspectivos con energía y colaboraciones memorables, consolidándose como una de las voces más originales del hiphop actual.

6º) Turnstile: “NEVER ENOUGH”

No son tiempos dominados por el punk y el hardcore, pero “NEVER ENOUGH”, el cuarto álbum de Turnstile, ha logrado sobresalir por encima de la media con un disco que es un potente y audaz paso adelante de la banda de Baltimore, en el que han expandido su sonido con sintetizadores, pop, funk y texturas electrónicas sin perder su energía visceral. Mezclando momentos explosivos con pasajes más etéreos, “NEVER ENOUGH” es un disco valiente que equilibra intensidad y experimentación, consolidando al quinteto como el principal referente punk del momento actual.

7º) Suede: “Antidepressants”

“Antidepressants” no suena como un disco de veteranos anclados en glorias pasadas: Suede lo han concebido como una obra donde la aspereza del postpunk se mezcla con la sensibilidad melódica que siempre ha sido su sello. Las guitarras angulares y la voz teatral de Brett Anderson caminan entre la ansiedad moderna y la introspección oscura, dando lugar a un álbum intenso, audaz y sorprendentemente vibrante, que reafirma, casi cuarenta años después, lo vigente de su propuesta creativa.

8º) FKA Twigs “Eusexua”

Durante más de una década, FKA Twigs ha sido conocida por su vanguardista ruptura musical, más innovadora del pop que conformista. Pero en su último trabajo, “Eusexua”, el primer sonido del disco es un golpe seco y amortiguado, como el latido de un corazón acelerado: la compositora, cantante y productora británica parece abrazar los ritmos propulsivos y bailables, añadiendo un impulso pop a su ambicioso y experimental repertorio. Su voz, a veces celestial, a veces distorsionada, guía un viaje sonoro que desafía géneros y celebra la liberación corporal y emocional. “Eusexua” es audaz y profundo, una declaración de la singularidad creativa de Twigs en la escena moderna.

9º) Blood Orange: “Essex Honey”

“Essex Honey” es el quinto álbum del cantante, multiinstrumentista, productor y compositor británico Devante Hynes, y el primer lanzamiento que publica con el nombre de Blood Orange desde el mixtape “Angel’s Pulse de 2019”. Se trata de una obra introspectiva que convierte la memoria, el dolor y la identidad en paisajes sonoros ricos y delicados. Mezclando electrónica etérea, rhythm’n’blues y texturas jazzy, Hynes explora su infancia en Essex y el duelo por la muerte de su madre en un disco meditativo, emotivo y envolvente, un retrato conmovedor de hogar y pérdida que brilla por su belleza serena y su cohesión artística.

10º) Ethel Cain: “Willoughby Tucker, I’ll Always Love You”

“Willoughby Tucker, I’ll Always Love You” es el segundo álbum de Ethel Cain, una precuela emocional de “Preacher’s Daughter” que traza un primer amor adolescente en la América rural de 1986 con folk, slowcore y shoegaze envueltos en atmósferas introspectivas. Entre baladas expansivas como “Nettles” y momentos más densos y ambientes oníricos, Cain explora la devoción, el dolor y la fragilidad con una narrativa íntima y un sonido envolvente que vibra con intensidad poética.

El sistema para elaborar nuestra lista es muy sencillo: cada periodista votante (seleccionado por su acreditada profesionalidad y experiencia en el sector) ha elegido sus discos favoritos (10 nacionales y 10 internacionales), otorgándole 10 puntos al primero, 9 al segundo, 8 al tercero… y así sucesivamente. La lista Forbes se ha realizado con las votaciones, por orden alfabético de apellido, de Álvaro Alonso (freelance, ex critico del ABC, actualmente al frente del podcaste “Detrás de unas gafas negras”), Jordi Bianciotto (crítico musical en El Periódico de Catalunya), Elena Cabrera (redactora jefa de elDiario.es), Santi Carrillo (director editorial de Primavera Sound y Rockdelux), Virginia Díaz (locutora de los programas de Radio 3 “180 grados” y “El típico programa”), Pablo Gil (responsable de Cultura en El Mundo), Javier Lorbada (periodista musical y gestor cultural freelance), Joan S.Luna (redactor jefe de Mondo Sonoro), César Luquero (redactor jefe de Rockdelux), Sara Morales (directora de Efe Eme), Manuel Pinazo (Presidente de PAM y director de Muzikalia), Carlos H. Vázquez (crítico musical de El Confidencial) y Jesús Rodríguez Lenin (redactor en Spain Media), más las listas publicadas en El Español, Babelia (El País) y La Vanguardia.

Que haya un abanico lo suficientemente amplio de voces y una propuesta de votación limitada permite que, dejando a un lado las filias particulares de cada cual (discos de “diez puntos” por los que sólo vota uno de los encuestados), la votación sea suficientemente transversal para que reluzca lo realmente destacable.