1. Falta de innovación: la mayoría de los correos electrónicos que reciben los departamentos de comunicación acaban en la papelera de reciclaje o en la lista de mensajes no leídos. El principal problema de ello es la falta de creatividad e innovación por parte de las empresas para vender sus productos. Es información que no aporta nada relevante.
2. Carecen de interés: que una compañía ha cambiado de oficina es un dato que puede que sólo interese a sus proveedores. En cambio, presentar datos sobre el consumo o conocimiento sobre las tendencias puede resultar noticiable para cualquier medio de comunicación y llegar a convertirse en un contenido de calidad. Es esencial analizar qué se quiere comunicar y lo que, realmente, aporta a la sociedad.
3. Se dirigen a la persona equivocada: el saber con quién se habla es fundamental para saber qué se debe de contar. La información que se ofrece quizás es interesante pero, no es validada para cualquier persona. Se debe adaptar el mensaje en función de las características y a la línea editorial del medio. Dar con la persona equivocada no hará nada más que retrasar comunicación empresarial de tu negocio.
4. Lentitud en la red: la rápida comunicación en la red es fundamental para que una empresa funcione. Si un cliente tiene un problema o quiere resolver una duda sobre alguna cuestión de la empresa, debe ser contestado al instante. Dejar una queja para después u olvidar un tuit daña la imagen de una empresa y, por supuesto, su método de comunicación.
5. Llegan a ser cansinos: hacer una persona borrar un mensaje de una compañía sin apenas leerlo es síntoma de que está al límite. Los consumidores no quieren ser molestados por sus marcas con una cantidad de información, en ocasiones, insignificante para ellos. Por eso hay tener cuidado. Una cosa es la buena atención al cliente y otra la excesiva atención hacia ellos.