Irlanda es un país con grandes problemas económicos. El control de los costos de mano de obra debido a la caída de los, hasta un 17% entre 2008 y 2011, así como la gran cantidad de trabajadores en paro ha contribuido a hacer de este país el paraíso de los negocios. Irlanda ha logrado una buena clasificación en todas las categorías al medir su accesibilidad para crear empresas. De hecho, es la única nación que ha conseguido estar entre las 15 mejores posiciones de los 11 puntos que se examinan para determinar el mejor país para invertir.
Según dice Melanie Bowler, economista de Moody´s Analytics, “Irlanda ha seguido atrayendo la inversión extranjera directa”. Su tasa fiscal corporativa es una de las más bajas de Europa, un 12,5%. En 2012, Irlanda atrajo casi tanta inversión estadounidense como lo hizo Asia. Actualmente, hay más de 1.000 empresas extranjeras con presencia en Irlanda que dan sustento a 150.000 de los 1.9 millones de trabajadores del país. Y este éxito se refleja especialmente en Dublín. En la capital invierten numerosas empresas estadounidenses de tecnología como Google, Linkedln, Twitter y Facebook. Aquí instalan sus oficinas con el objetivo de seguir creciendo y maximizar sus beneficios.
Otros destinos empresariales que siguen a Irlanda son Nueva Zelanda, Hong Kong, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Singapur o Canadá. En cambio, a la cola de la lista se encuentra Estados Unidos. Se sitúa en el número 14 de los países donde es más efectivo invertir. Un dato que puede haberse visto vulnerado por las más de 100 regulaciones federales a las que tienen que hacer frente los negocios desde 2009.