Sólo unos pocos datos para situarnos: McLaren es el segundo mejor fabricante de coches de Fórmula 1 de todos los tiempos, tan sólo por detrás de Ferrari, tanto en grandes premios en los que ha tomado parte como en grandes premios ganados. Fundada en 1963 por el piloto neozelandés de Fórmula 1 Bruce McLaren, la fábrica sobrevivió al fallecimiento de su fundador, a los treinta y dos años, en junio de 1970, en un accidente acaecido durante una carrera en el circuito de Goodwood, en el sur de Inglaterra.
Entre los pilotos que han resultado ganadores del campeonato de Fórmula 1 para este laureado fabricante figuran nombres míticos del automovilismo de todos los tiempos, como los de Ayrton Senna, Emerson Fittipaldi, Niki Lauda, Alain Prost, Mika Häkkinen y Lewis Hamilton, y también ha contado entre sus pilotos con los españoles Fernando Alonso y Carlos Sainz Jr.
En 1985, McLaren lanzó su división de turismos superdeportivos, que ha ido lanzando bólidos para particulares de prestaciones casi tan espectaculares como las de sus propios coches de carreras, y derivados estéticamente de los vehículos con los que McLaren compite en carreras de resistencia como las 24 Horas de Le Mans. Ese es, también, el origen del Artura, el último modelo producido en la factoría que McLaren posee en la localidad de Woking, al sur de Londres, y presentado oficialmente en febrero de este mismo año.
Nueva etapa comercial
Con el Artura, McLaren inicia una nueva y apasionante etapa comercial. Las hechuras del coche son similares a las habituales en los McLaren, pero bajo la carrocería de este torpedo encontramos una máquina completamente nueva, que ocupa un nuevo espacio, por encima de su mítico GT y por debajo del súper serie 720S. Lo fundamental en el Artura ha sido la reducción de pesos (su peso en vacío es de 1.395 kilos) y la introducción de un tren motriz híbrido, el segundo, detrás del Speedtail de su categoría tope de gama Ultimate. Pero sí es la primera vez en la historia de McLaren Automotive que se emplea un motor V6 biturbo de 2.993 cc., cuarenta kilos más ligero que el antiguo V8, que ofrece 680 CV y 720 Nm de par motor, juntando su motor biturbo y el eléctrico.
Sin haberlo podido probar todavía, el resto de cifras que aporta el fabricante son igualmente llamativas: de 0 a 100 km/h en tres segundos justos; de 0 a 200 en 8,3 y de 0 a 300 en 21,5. Y no seguimos porque tiene la velocidad limitada electrónicamente a 330 km/h… ¿La electricidad? Sirve para recorrer hasta treinta kilómetros, con una velocidad máxima de 130 km/h.