A veces no podemos evitarlo: en nuestras horas libres, durante los fines de semana no laborables, e incluso en nuestras vacaciones, abrimos la bandeja de entrada del mail del trabajo. Esta práctica – que muchos identifican como workaholic, es decir, adicto al trabajo- puede repercutir negativamente en tu vida.
A pesar de este hallazgo, la intención del estudio, publicado en el Academy of Management Journal, no era estudiar cómo afecta a las vidas de los trabajadores chequear el correo electrónico en sus horas libres, sino ver cómo aflige emocionalmente el tono y el remitente de dicho correo. Como era de esperar, aquellos correos percibidos con un tono negativo acentuaba la agresividad de los trabajadores, mientras que aquellos que se consideraban escritos con un tono más amable, influía positivamente en el humor de las personas, según explicaba Wendy Bowsell, una de las autoras del estudio y profesora en el Texas A&M University.
Pero Bowsell y su equipo encontraron una curiosa tendencia en aquellos adultos que abrían el correo electrónico después de abandonar la oficina: el tono que se suele percibir del mail suele ser pernicioso y negativo, aunque no fuera la intención del remitente. “El propósito de este estudio era encontrar cuáles eran los factores que repercutían en la felicidad de los empleados”, explica Boswell. Y después de estudiar durante una semana a 341 adultos, los autores de la investigación pueden afirmar que leer o responder correos en horas no laborables no es del todo una buena idea por dos razones concretas. La primera, es la percepción del tono del mail, que en la mayoría de los casos suele ser negativa; y la segunda es que se suele responder con más agresividad de la que se pretende.
Estos malos entendidos afectan, por supuesto, al buen ambiente laboral. “Es la percepción del tono lo que repercute negativamente en el humor del empleado”, cuenta Boswell. “La respuesta también será más agresiva porque el trabajador siente que está perdiendo tiempo de su vida personal”. Asimismo, aconseja que se supervise los correos antes de mandarlos cerrándolos con un “no te preocupes, puedes comenzar a trabajar sobre este tema hasta mañana”.