Aunque todo esto parezca un poco nuevo, este restaurante ya tiene 34.000 personas apuntadas en su lista de espera. Sebastian “Seb” Lyall, de 31 años, es el precursor de este concepto tan innovador. La idea de poder degustar un refinado menú en medio de Londres junto a desconocidos y sin ropa no nace del vacío. En los últimos años, Lyall ha proporcionado varios entornos inusuales en los que disfrutar de sus diversidades gustativas gracias a su compañía, Lollipop. En 2013, ante el asombro de la prensa culinaria, Lyall y su equipo lanzaba Annie Owl Bar donde los clientes podían comer con uno o dos búhos.
Pero la idea de Bunyadi le gana por goleada. El restaurante tiene un diseño muy minimalista, con espacios separados por tabiques de bambú, para los que necesiten mayor intimidad. Además, se necesitan unos modales para desnudarse y comer bien. El truco es actuar con el mismo decoro como cuando vas a un restaurante con la ropa. No mucha gente tiene las habilidad de hacer eso.