El mercado del lujo facturó en 2020 un 22% menos que en el ejercicio del año anterior. O lo que es lo mismo: un billón de euros de diferencia respecto a 2019, en base a los datos del informe de la consultora Bain & Company.
Sin embargo, el proceso de digitalización ha logrado salvar un año maldito para las firmas, el peor que ha sufrido el sector desde 2009. Según la consultora, las compras de artículos de lujo por internet en 2020 fueron el 23% del total, cuando en 2019 no llegaba al 12%.
En este sentido, el gremio ha tenido que dejar a un lado sus prejuicios hacia las ventas online y añadir sus catálogos a las plataformas de e-commerce. Una tendencia de la que se han beneficiado los gigantes tecnológicos. Richemont y Alibaba, por ejemplo, han anunciado una inversión de 1.100 millones de dólares en Farfetchy Kering (grupo que aglutina Gucci, Saint Laurent y Alexander McQueen).
Aliexpress, foco de falsificaciones
La otra cara de la moneda es la de plataformas de comercio electrónico como Aliexpress, curiosamente del gigante chino Alibaba. La página se ha convertido en un foco para la venta de productos que imitan grandes marcas, tal y como publica El Economista.
Es por ello que el sector ha reclamado a la Comisión Europea que obligue a las plataformas a adoptar las medidas necesarias para paliar esto. Entre ellas se encuentran detectar y evitar la venta de productos fraudulentos y su reaparición. Y es que, tanto Aliexpress como el resto de plataformas online no vende directamente estos productos, pero sí que facilita el canal para su comercialización.
Para frenar la proliferación de falsificaciones el Círculo Fortuny considera que, tanto intermediarios como plataformas, actúen conjuntamente para que los productos falsos no lleguen a comercializarse vía online. No solo eso, además reivindican que el consumidor reciba información veraz del producto que adquieren.
Medidas más contundentes
La ECCIA (European Cultural and Creative Industries Alliance), como representante de la industria europea del lujo y la alta gama, establece que la nueva normativa de Servicios Digitales por Bruselas no es suficiente y pide así medidas más contundentes.
Esta propuesta, llevada a cabo en septiembre, fue secundada por España, que se unió a través del Círculo Fortuny. El objetivo del sector es frenar la venta online de falsificaciones, que suponen 121.000 millones de euros según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).