
Todo comenzó con el ock star, encarnado como nadie durante décadas, por ese artista perseguido por chicas e imitado por adolescentes, Roger Daltrey. Icono mod, icono del rock más épico y que ahora a sus más que respetables 72 años, se presenta junto a su escudero Pete Townshend en Madrid. The Who, en resumen, con una dignidad de la que pocos pueden presumir, recorrieron en un gran concierto todas sus etapas creativas. Desde la rabia juvenil de “Substitute” o “My Generation”, hasta el clímax de la ópera rock “Tommy”, coronada con un psicotrópico “Pinball Wizard”.
Cerca y lejos a la vez, otro tipo de rock star ha sido siempre el motero malote e indomable encarnado, en este caso, por Dave Navarro, el virtuoso guitarrista californiano de Jane´s Addiction (y posteriormente de Red Hot Chilli Peppers) y ex de Carmen Electra. Con los Jane´s arrasó con “Ritual de lo Habitual”, disco que cumplió 25 años el año pasado y que ha unido de nuevo a este guitarrista con el polifacético vocalista Perry Farrell. Llegaron al escenario de Mad Cool para celebrar este disco tan aclamado arrastrando con ellos el lado más sucio de Los Ángeles, en un ‘sórdido” cabaret en el que no faltaron ni los desnudos ni el bondage.

No podría existir un polo más opuesto a Dave que el nerd Erlend Øye. Con sus gafas y peinado de la era Pentium I, trajo a Mad Cool la parte más sensible y delicada del pop junto a Eirik Glambek Bøe dentro de la propuesta Kings of Convenience, demostrando que dos guitarras acústicas también pueden llenar un estadio y arrancar los aplausos más sinceros de todo el festival. Lejos de la ironía “inocente” que pudiera caracterizar el folk de los noruegos, estaría la seria figura del clásico hippie, el incombustible Neil Young que pasó por el escenario principal con dos horas de concierto en el que no faltaron himnos como “Down By the River” o “Like a Hurricane”. El más chungo del barrio también tuvo su presencia en Mad Cool, y es que Ninja hizo mucho por parecer el tío más malote y feo del festival. Acompañado por la inquietante cantante Yolandi, el dúo de hip hop electrónico Die Antwoord cerraron el viernes dejando patas arriba al público con una efectista puesta en escena, mucha mala leche y ritmos que rozaban el más desquiciado drum ´n´ bass. Eso sí, ni los camareros se pudieron resistir a votar con “Baby’s on fire”. En esta categoría podríamos meter también a los longevos The Prodigy, una propuesta similar pero algo más agotada por los años.

De un tipo de rave más dulce apareció Shirley Manson y sus Garbage, dos hitos estéticos de los 90 nacidos de aquella ola de fusión del rock con la electrónica que tuvo como obra cumbre el “Achtung Baby” de U2 y el “Earthling” de Bowie. En medio, Shirley fue mucho más, una it girl del pop electrónico. Veinte años después parece que nada ha cambiado. Se presentó sobre el escenario con la melena rosa para interpretar su nuevo disco precedido y epilogado por los hits que hicieron de Garbage una de las referencias de finales de la década de los 90. Grandes hits re-bailados como “I´m only happy when it rains” o “Stupid girl” sonaron por primera vez en años en directo en Madrid. Claro que si hablamos de música ligada a la moda, el heroin chic del poeta atormentado siempre ha dado buenos réditos a los artistas.
En Mad Cool tocó a uno de sus últimos ejemplos, expareja de Kate Moss y enfant terrible del rock: Mr. Jamie Hince, guitarrista y 50% The Kills junto a la también perturbadora Allison Mosshart. Atronadores, inundaron el escenario Avalon con sus melodías afiladas y su rock desde las entrañas. Un capítulo aparte podría tener ese artista incombustible de los años ochenta como José Ignacio Lapido, un caballero de la post movida o del pre-indie granadino -según se quiera ver- junto al cantante José Antonio García y 091 ofreciendo uno de los mejores conciertos del festival, demostrando que por ellos no pasa el tiempo y que “la vida que mala es” o “qué fue del siglo XX”, son temas imperecederos que no envejecen con el tiempo y sorprendentemente, se reafirman y crecen.

En resumen. Una primera edición prometedora. Ahora solo queda esperar para ver qué pasa con el cartel del próximo año y cuál es la dirección musical del festival. Prometemos volver.
