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Cómo trabajar mejor bajo presión y reducir el estrés

Recuerda que la presión que soportas hoy te traerá nuevas oportunidades positivas

Cuando estás bajo presión para rendir, el estrés puede obstaculizar tus resultados. Pero es posible rendir mejor bajo presión en lugar de sufrir. Y esto puede mejorar no solo tu bienestar, sino también tu rendimiento. Investigaciones convincentes demuestran lo que se necesita.

La vida es dura hoy en día, y si estás estresado, no tienes nada que objetar. Casi la mitad de las personas se estresan al menos una vez a la semana y casi el 20 % (uno de cada seis) se estresa a diario, según un estudio de la Universidad Estatal de Ohio . Según datos de Insightful, el trabajo es una fuente principal de estrés: el 90 % de los empleados afirman estar estresados ​​en el trabajo debido a cargas de trabajo desequilibradas, expectativas poco realistas y plazos de entrega constantes. Este estrés afecta la productividad, la calidad del trabajo y el bienestar.

Dándole sentido a la presión

Pero puedes controlar tu estrés y tus resultados basándote en cómo comprendes la presión. Un estudio revelador publicado en la Academy of Management descubrió que la forma en que percibes la presión a la que te enfrentas puede fluctuar, y esto puede marcar la diferencia.

Podrías ver la presión como una amenaza y centrarte en las consecuencias negativas si no logras un buen desempeño. En este caso, es probable que te agotes más al intentar gestionarte y que muestres un comportamiento disfuncional (por ejemplo, descortesía) hacia los demás.

O puedes ver la presión como un desafío y centrarte en los beneficios de un buen desempeño. En este caso, es probable que te involucres más, seas más eficaz y tengas más probabilidades de demostrar comportamientos de cooperación con los demás.

Según el estudio, su nivel de resiliencia y su capacidad de adaptarse, mantener el optimismo y conservar la confianza frente a la presión influyen en cómo responde a ella. Es interesante.

Aquí te explicamos cómo puedes reducir el estrés y tener un buen desempeño bajo presión.

Cómo desempeñarse mejor bajo presión

1. Piensa en las ventajas

Lo mejor que puedes hacer para mejorar tu rendimiento bajo presión es centrarte en las ventajas de tu éxito. Quizás te digas a ti mismo que si no estás a la altura del reto, reducirás tus posibilidades de ascenso, pero, por sutil que parezca, cambiar de enfoque y pensar en cómo mejorarás tus posibilidades de ascenso cuando todo salga bien puede marcar la diferencia.

O si vas a una entrevista, recordarte a ti mismo lo genial que sería el trabajo o lo bien que te adaptas a la cultura, puede ayudarte a desempeñarte mejor que si te preocupas por fracasar o te obsesionas por quedarte estancado en tu puesto actual.

Sin embargo, no funcionará decirte a ti mismo que no debes pensar en lo negativo. Necesitarás llenar tu mente de ideas positivas. Así que sé específico sobre los beneficios de un buen desempeño.

Cuando te concentras en los aspectos positivos de la presión que enfrentas, convertirás tu estrés en un motivador positivo y aumentarás tus posibilidades de éxito.

2. Piensa en el largo plazo

Otra forma eficaz de abordar la presión es considerar sus beneficios a largo plazo. Al enfocarse en un horizonte temporal más amplio, se mantiene la perspectiva, lo que beneficia tanto la salud mental como el rendimiento.

Con el estrés, es instintivo que la visión periférica se cierre y los vasos sanguíneos se contraigan mientras el cuerpo se prepara para sobrevivir. Pero si puedes ampliar tu perspectiva, te ayudará a relajarte, abrirte a nuevas posibilidades y a rendir mejor.

Recuerda que la presión que soportas hoy te traerá nuevas oportunidades positivas. O recuerda que la presión te ayuda a aprender nuevas habilidades y a ampliar tu capacidad para emprender nuevos proyectos desafiantes en el futuro. Afrontar nuevos desafíos está relacionado con la felicidad y la plenitud. Superar los desafíos de hoy con perseverancia te prepara para nuevos desafíos que serán estimulantes y gratificantes mañana.

Cuando te concentras en el futuro, ampliarás tu perspectiva, lo que reducirá el estrés y contribuirás a la probabilidad de tener un desempeño exitoso.

3. Piensa en tus habilidades

También puedes lidiar con la presión y el estrés concentrándote en las habilidades que tienes y las que adquirirás.

Cuando te encuentras bajo presión, normalmente te haces dos preguntas, y estas pueden ser subconscientes. Primero, te preguntas: «¿Qué capacidades necesito para superar esto?«. Después, te preguntas: «¿Tengo las capacidades necesarias?».

Podrás enfrentar la presión de manera efectiva cuando seas específico al pensar en lo que se requiere y luego te digas a ti mismo que tienes las habilidades que necesitas o establezcas planes para obtenerlas.

Al pensar en tus habilidades futuras, es útil saber que una tendencia importante hoy en día es que los líderes contratan por habilidades, no solo por títulos. Al tener más experiencias (reto), estarás en mejores condiciones para dar ejemplo y demostrar competencia en las áreas que buscan los líderes.

Además, las habilidades más demandadas e importantes para el futuro serán las habilidades blandas (que en realidad no lo son en absoluto), como el liderazgo, la perseverancia, la resiliencia, la adaptabilidad, las habilidades de comunicación y las habilidades interpersonales. Cuando uno se enfrenta a una situación de mucha presión, desarrolla estas habilidades de forma natural.

Como dice el refrán: “Cuando haces cosas difíciles, puede que no tengas garantizado el éxito, pero sí tendrás garantizado el aprendizaje”.

Cuando te concentras en las habilidades que tienes y en las que desarrollarás, moverás tu mente de la preocupación y el estrés al desarrollo y, en el proceso, tendrás probabilidades de mejorar tu rendimiento.

4. Piensa en los demás

Una de las principales maneras de comprendernos a nosotros mismos y nuestro valor es a través de nuestro impacto en los demás y nuestras contribuciones. Cuando te enfrentes a una situación de mucha presión, piensa en cómo puedes ayudar a tus compañeros y recuerda que los demás cuentan contigo.

Considera también cómo el proyecto o la responsabilidad afectará a otras personas en su vida. Sus hijos verán su ética laboral y esta moldeará la suya. Su excelente desempeño contribuirá a su estabilidad laboral, lo que a su vez beneficiará la seguridad de su familia. Y su éxito contribuirá a su autoestima, lo que tendrá un impacto positivo en su forma de interactuar con amigos y familiares.

Cuando te concentras en tu comunidad y en tu impacto en los demás, pasarás del estrés a sentimientos de conexión y podrás desempeñarte mejor en función de esta motivación.

5. Piensa en lo que sigue

Otra forma brillante de lidiar con la presión es ponerla en perspectiva. Recuerda que todo terminará en una semana o en 24 horas (o en el plazo que consideres oportuno). Comprueba que este es solo un proyecto entre muchos.

Cuando está bajo presión, una alta ejecutiva se dice a sí misma: «Los trabajos son cortos, pero las carreras son largas». Puedes pensar así también con los proyectos. La presión hoy es real, pero llegará a su fin, y tu capacidad para mantenerte resiliente, motivado e involucrado te será útil a largo plazo.

Acepta la presión de actuar

Estar bajo presión no tiene por qué ser debilitante. De hecho, puedes desempeñarte mejor bajo presión si piensas de forma diferente sobre las ventajas de la presión, el largo plazo, tus habilidades y tu comunidad, así como sobre el futuro. Podrás no solo reducir el estrés, sino también allanar el camino hacia tu brillante éxito, tanto hoy como en el futuro.

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