Cantaba Neil Diamond en su tema Forever in blue jeans, que “el dinero habla, pero no puede cantar ni bailar, ni siquiera caminar”. Ahora, sin embargo, gracias a la originalidad y habilidad del japonés Yosuke Hasegawa, también puede hacer reír y, de paso, reflexionar. Artista gráfico de formación, Hasegawa ha llevado un paso más allá el milenario arte japonés del origami, que en España conocemos, popularmente, por papiroflexia. Pero el encanto de las piezas que obtiene Hasegawa del plegado y moldeado de papel va más allá de las formas que les da. La ‘gracia’ está en lo que hay impreso en ese papel, y en el papel en sí mismo, pues estamos hablando de billetes de curso legal de todo el mundo.
Hasegawa juega con los rostros populares del papel y les coloca sombreros de acuerdo al país y accesorios que restan sobriedad a los personajes y los lleva a territorios ajenos, como Lincoln o el ‘Che’ Guevara luciendo gorros y turbantes que transmutan por completo sus imágenes habituales, como Benjamin Franklin o la reina Isabel luciendo gorras de beisbol. Del empleo de dinero para desarrollar piezas de origami nace el nombre de esta serie, Moneygami. The art of money, en la que el autor lleva ya varios años trabajando.
Habitualmente va subiendo a su cuenta de Facebook sus nuevas creaciones, y cuando tiene suficiente material –u ocasión–, organiza una nueva muestra. Esa exposición parcial en Facebook le permite valorar el impacto de cada nueva obra, y como era de esperar, no todas han sido recibidas con sonrisas. Según él mismo explica, tuvo problemas cuando apostó por emplear el baht tailandés, trabajando con el rostro de Ananda Mahidol, o Rama VIII, el octavo monarca de Tailandia. Una figura aún demasiado intocable en aquella sociedad. Aunque es consciente de que el mismo sentimiento pueden despertar líderes de otras naciones, hay casos que no le afectan de igual modo. Por ejemplo, el de Lincoln en los billetes de cinco dólares.
“Quiero plantear la pregunta de si el dinero es la mayor prioridad de nuestras vidas o no”, explica. “¿Hasta qué punto nos afecta, aunque sólo sea una imagen sobre un papel? El mundo ha estado continuamente a merced del dinero. Las guerras, los desastres nucleares y numerosos sucesos diferentes han hecho que los billetes –que sólo representan la verdadera fortuna, los metales preciosos– pierdan su valor de la noche a la mañana hasta convertirse en papel para avivar fuegos”. En su opinión, ese dinero en metálico es en realidad “una ilusión de paz creada por hombres de negocios”. Por eso quiere plantear cuál es el auténtico sentido de la vida. “Esa es para mí la verdadera pregunta”.
Yosuke Hasegawa es altamente crítico con las colecciones conceptuales que va creando. Por ejemplo, reúne a Mao, Sadam Hussein, Kim Jong-il y otros unificándolos con gorras de béisbol similares. “La idea que quiero transmitir es que los líderes del mundo están todos en el mismo equipo. En otro caso, enfrenta dos imágenes de Mao con sombrero vaquero, evocando el famoso retrato que Warhol hizo de Elvis. “Elvis Presley representa el poder americano que ahora está siendo agitado por China, eso simboliza este retrato de Mao”.
Secretos de papel
El origami no es desde luego una técnica reciente. Se inició con el propio papel, aunque fue en la década de los sesenta del siglo XX cuando comenzó su popularización internacional y con ello, una necesidad de desarrollo y de búsqueda de nuevas fronteras creativas. Algunos creadores insisten que está viviendo un momento de especial efervescencia, gracias en buena medida a las redes sociales y a las posibilidades que brinda Internet para descubrir, compartir y perfeccionar nuevas técnicas. Por otro lado, además, la propia informática ha permitido en este nuevo milenio realizar optimizaciones del uso del papel y bases nuevas para realizar figuras tan complejas como los insectos.
Tiempo, talento y paciencia son necesarios para llevar a cabo estas creaciones. Y también, en el caso de Yosuke Hasegawa, dinero; literalmente. “El billete de mayor valor que he utilizado ha sido uno de 10.000 yenes –unos 75 euros– con el retrato de Yukichi Fukuzawa, un filósofo de la era Meiji”. Al margen de su valor, Hasegawa comenta que los billetes con los que resulta más sencillo trabajar son los de Lincoln (un dolar) y Gandhi (diez rupias), “porque las proporciones faciales ofrecen más posibilidades de manipulación”. Por el contrario, el billete de tres pesos cubanos con el ‘Che’ Guevara es el más complejo de modelar, “pues el rostro es grande y resulta complicado obtener un resultado equilibrado”.
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