Un presupuesto bien elaborado puede ayudarte a transformar tu vida financiera. Es una hoja de ruta personalizada que garantiza que cada dólar se destine a impulsar tus objetivos más importantes. Este artículo analiza cinco prácticas recomendadas para elaborar presupuestos que pueden ayudarte a mejorar tu gestión financiera y alcanzar la libertad financiera.
1. Conoce tus números
Antes de elaborar un presupuesto, necesitas comprender tu situación. Este paso consiste en tener una idea clara de adónde va realmente tu dinero.
Controla tus gastos
Esto revelará mucho sobre tus hábitos financieros y te guiará en el futuro. Durante al menos 30 días, registra meticulosamente cada gasto, por pequeño que sea. Usa una hoja de cálculo, una aplicación de presupuesto o incluso un cuaderno.
Tu objetivo es comprender tus hábitos de gasto reales. Te sorprenderá ver cuántos gastos varios, como ir a tomar un café o compras impulsivas, están reduciendo tus fondos disponibles. Si puedes, integra el seguimiento de gastos en tu gestión financiera. Esto fomentará un gasto responsable.
Distinguir entre gastos fijos y variables
Para crear un presupuesto funcional, debes categorizar tus gastos. Los gastos fijos son predecibles y generalmente son los mismos cada mes. Piensa en el alquiler o la hipoteca, los pagos del auto, las primas de seguro y las deudas.
Por otro lado, los gastos variables fluctúan según el uso o la elección. Estos incluyen la compra de alimentos, las facturas de electricidad o gas, el ocio y las salidas a comer.
Esta distinción es esencial porque tus gastos variables son donde tienes el mayor control. Es donde puedes ajustar tu presupuesto en caso de que necesites destinar más dinero a ahorros u otros objetivos financieros.
Basa tu presupuesto en los ingresos netos
También conocido como salario neto, el ingreso neto es la cantidad que recibe en su cuenta bancaria después de realizar las deducciones regulares, como impuestos y contribuciones para la jubilación.
Nunca hagas un presupuesto basándote en tus ingresos brutos porque esa es una forma segura de quedarte corto cada mes.
2. Elije un método que se adapte a ti
No existe un enfoque único para la elaboración de presupuestos. El mejor método presupuestario es aquel que realmente puedes mantener. Encuentra un sistema que se adapte a tu personalidad, objetivos financieros y situación. A continuación, se presentan ejemplos de enfoques populares.
La regla 50/30/20
Esta es una guía sencilla que divide tus ingresos netos en tres categorías. Destina el 50% a necesidades (como vivienda, alimentación, transporte y servicios públicos), el 30% a caprichos (como salir a cenar, ir al cine, vacaciones) y el 20% a ahorros y pago de deudas (fondo de emergencia, ahorros para la jubilación, inversiones o pago de tarjetas de crédito ).
También puedes ajustar los porcentajes según tus objetivos. Por ejemplo, si quieres aumentar tu tasa de ahorro o salir de deudas más rápido, puedes fijarlo en un 35% y reservar solo un 15% para tus necesidades.
Presupuesto de base cero
Puedes usar este método si deseas tener el máximo control sobre tus ingresos. Asignas un propósito a cada euro antes de que comience el mes, de modo que tus ingresos totales menos los gastos totales (incluidos los ahorros) sean cero.
Esto no significa que tu saldo bancario se quede en cero ni que gastes todo tu dinero, sino que te garantiza que gastas y ahorras con intención. Este método puede ser muy eficaz, especialmente para controlar los gastos excesivos. Elimina el dinero misterioso o misceláneo, ya que todos tus euros se contabilizan al inicio del proceso de elaboración del presupuesto.
Sistema de envolvente
Se trata de un método basado en efectivo en el que se asigna una cantidad fija a categorías variables, como comestibles, entretenimiento o gastos personales, y se coloca el dinero en sobres.
Cuando se acaba el dinero de cada sobre, se deja de gastar en esa categoría hasta el siguiente ciclo presupuestario. Este sistema hace que el gasto sea más visible y establece un límite tangible.
3. Estar orientado a objetivos
Sin un propósito, tu presupuesto es solo una hoja de cálculo o una lista de facturas. Tener objetivos te motivará y te ayudará a mantener la disciplina. Cuando sabes por qué rechazas una posible compra, todo se vuelve mucho más fácil.
Establecer metas claras
No te limites a decir que quieres ahorrar dinero. Define para qué estás ahorrando. ¿Es para la entrada de una casa? ¿Quieres comprar un coche nuevo? ¿Estás ahorrando para la educación universitaria de tus hijos?
Mejor aún, usa los criterios SMART: establece objetivos específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con plazos definidos. Por ejemplo, en lugar de decir «Quiero ahorrar para unas vacaciones», podrías decir «Ahorraré 5,000 euros para un viaje a Filipinas antes del 31 de diciembre del año que viene».
Establecer metas claras y realistas facilita el seguimiento de tu progreso y te permite ser objetivo con tus metas de ahorro. También puede ayudarte a ajustarte a tu presupuesto.
Págate a ti mismo primero
Un error financiero común es ahorrar lo que sobra después de los gastos. No lo hagas. Cambia tu mentalidad y siempre ahorra primero. Considera el ahorro como algo innegociable. Considéralo un pago para tu futuro.
De esta manera, te aseguras de que haya dinero asignado a tus ahorros, potencialmente ganando intereses y generando riqueza, independientemente de lo que suceda durante el mes.
Priorizar el pago de la deuda
Será difícil progresar financieramente si tienes deudas, especialmente las que tienen intereses altos. Debes abordar estas deudas lo antes posible.
Incluso puede considerar priorizar el pago de la deuda por sobre los ahorros , ya que esto puede ahorrarle más dinero a largo plazo al reducir sus pagos totales de intereses.
4. Optimizar y automatizar
La clave del éxito presupuestario a largo plazo reside en crear un sistema que funcione en segundo plano, sin depender de la fuerza de voluntad a diario. La automatización elimina la fricción y reduce las posibilidades de error humano en el proceso.
Automatizar facturas fijas y ahorros
Con la tecnología, es bastante fácil configurar transferencias automáticas a través de aplicaciones bancarias o incluso de tu sistema de nómina. Esto te garantiza que nunca te pierdas una fecha de vencimiento ni incurras en cargos por demora en tus facturas. También deberías aprovechar al máximo esta opción para tus ahorros e inversiones. Configura la transferencia para que se realice el día que recibes tu nómina.
Este puede ser un sistema que se configura y luego se olvida, y que lo obliga a ocuparse de las prioridades incluso antes de tener la oportunidad de gastar su dinero en otras cosas.
Plan para gastos irregulares
La vida rara vez es constante. Gastos como las primas anuales del seguro, las compras navideñas, la matriculación del vehículo y los impuestos prediales pueden arruinar tu presupuesto si no los planificas.
Crea una categoría de fondo de amortización independiente en tu presupuesto. Por ejemplo, si tienes un gasto de 1200 euros en diciembre, reserva 100 euros al mes en una cuenta dedicada a partir de enero.
También deberías crear un fondo de emergencia para cubrir emergencias. Idealmente, este fondo debería cubrir al menos seis meses de gastos básicos, mantenerlo en una cuenta de ahorros separada y usarlo exclusivamente para emergencias. Recuerda reponer tu fondo de emergencia tan pronto como puedas, cada vez que lo uses.
5. Revisa, ajusta y ten paciencia
Considera tu presupuesto como un documento vivo, no como un contrato rígido. Requiere atención y perfeccionamiento constantes para mantener su eficacia.
Realizar revisiones periódicas
Al menos una vez al mes, preferiblemente justo antes de que comience uno nuevo, siéntate y compara tus gastos reales con tu presupuesto planificado. ¿Te pasaste o te quedaste corto? ¿En qué aspectos acertaste?
Realiza esta revisión mensual para detectar problemas a tiempo, reasignar fondos según sea necesario y obtener información valiosa sobre sus hábitos.
Implementa estas cinco mejores prácticas para mejorar tu presupuesto y alcanzar la libertad financiera. Recuerda que tu presupuesto no debe considerarse un castigo ni una restricción, sino una forma de organizar y planificar tus finanzas. Que sea una práctica liberadora que genere riqueza a largo plazo. Para obtener orientación experta y asesoramiento personalizado, puedes consultar con un asesor financiero.
