Milán sirvió de escenario para presentar el Concept C, el prototipo del modelo que definirá el nuevo estilo de Audi. La elección de la capital de la moda y el diseño italiano no es casual: desde hace un año, el director de diseño de la marca de los cuatro aros es el italiano Massimo Frascella. El Concept C, un deportivo eléctrico biplaza, servirá de base para el lanzamiento al mercado, dentro de dos años, de un nuevo modelo eléctrico que llegará para “corregir” lo que muchos amantes de los coches de Audi consideraban un error: la desaparición de dos de sus modelos más icónicos y deportivos, el Audi TT y el Audi R8.
El Concept C combina una claridad de diseño radical con la más moderna tecnología de propulsión eléctrica. Las reacciones al nuevo lenguaje de diseño de Audi han sido muy prometedoras y los máximos responsables de audi, tanto su CEO, Gernot Döllner, como su director de diseño, Massimo Frascella, han asegurado que ese automóvil es mucho más que un coche de exhibición, ya que, según el propio Frascella, “el 90% del prototipo se convertirá en realidad”. Esas diferencias que siempre se producen entre los prototipos y los coches que se terminan comercializando a partir de ellos serán, en esta ocasión, mínimas.
La contratación de Frascella se produjo, según explicó Döllner en una rueda de prensa con medios de comunicación españoles, tras una reunión de la junta directiva: “se analizó nuestra situación y llegamos a la conclusión de que era el momento de reinventarnos y dar un gran paso adelante en el lenguaje de diseño para volver a ser líderes en el diseño automovilístico”. Preguntado si el objetivo era abandonar es línea tal vez demasiado sobria y demasiado unificada de los diseños de los modelos A y Q de Audi, Döllner incidió en que “Massimo se incorporó en junio de 2024 y, desde entonces, estamos trabajando en la estrategia y la filosofía de diseño de nuestros coches. El Concept C es el primer resultado tangible de ese debate. Y, paso a paso, el lenguaje de diseño que hay detrás de este prototipo lo incorporaremos a toda nuestra gama de modelos futuros, a partir de 2027”.

Durante la ceremonia de presentación del Concept C, su responsable, Massimo Frascella aseguró que, efectivamente, este prototipo muestra hacia dónde se dirige la empresa de Ingolstadt: menos adornos, más precisión… y una electrificación consecuente. Bajo una carrocería de clara inspiración Bauhaus –el “menos es más” que perseguía Mies van der Rohe– se esconde la más moderna tecnología de propulsión y aunque Audi no ha facilitado todavía datos exactos sobre las prestaciones, los expertos del sector hablan de una configuración de doble motor con vectorización de par controlada electrónicamente. Esto significa que cada uno de los dos motores eléctricos de los ejes delantero y trasero regula la potencia en cuestión de milésimas de segundo, lo que garantiza la máxima tracción y dinamismo.
La arquitectura de la batería se basa en la próxima Plataforma Eléctrica Premium (PPE). Esto permite capacidades de carga de hasta 270 kW, lo que en la práctica significa que con apenas diez minutos de carga rápida se logrará una autonomía de unos 250 kilómetros. La tecnología de 800 voltios garantiza tiempos de carga ultracortos, una clara ventaja en el día a día y en los viajes largos.
La silueta fluida y monolítica del Concept C no engaña: la carrocería de carbono y aluminio esconde una estructura multimaterial que ahorra peso y aumenta la rigidez al mismo tiempo. Audi utiliza técnicas de producción que hasta ahora sólo se conocían en los deportes de motor, como módulos de choque reforzados con CFRP o nodos de aluminio impresos en 3D para zonas de la carrocería sometidas a especial tensión. El resultado: un biplaza que pesa menos de 1.600 kilogramos, con un centro de gravedad bajo. El marco vertical en el frontal no sólo sirve como nueva cara de la marca, sino que también optimiza el flujo de aire. Elementos activos como los deflectores de aire y un difusor trasero variable reducen la resistencia aerodinámica o aumentan la carga aerodinámica en caso necesario. Como resultado, el Concept C alcanza un coeficiente de resistencia aerodinámica de alrededor de 0,21, un valor máximo para un deportivo.

Por lo que pudimos ver en su interior, se ha evitado deliberadamente la sobrecarga de elementos digitales en el habitáculo. En su lugar, el Concept C cuenta con una pantalla retráctil de 10,4 pulgadas que sólo es visible cuando se requiere. Y se controla mediante unos pocos interruptores mecánicos de aluminio con un clic táctil. Los asientos están impresos en 3D, recubiertos de plásticos reciclados y ofrecen climatización activa integrada. El volante es deportivo y redondo, con el logotipo metálico de Audi estampado en el centro, un homenaje a la estética purista de la Bauhaus.
Geopolítica y sostenibilidad
Acerca de la actual situación geopolítica mundial, el CEO de Audi admite que “los tiempos siguen siendo complicados y no faltan desafíos. Los aranceles son un reto adicional. El 15 % es una carga, pero es manejable, y espero que se llegue a una estabilidad entre Estados Unidos y Europa. Para Audi, que tiene instalaciones en México, también necesitamos una situación estable allí, lo que esperamos que ocurra en esta segunda mitad del año”.
Lo cierto es que todas estas circunstancias de inestabilidad económica y política han hecho que, por lo pronto, a principios de este año Audi postergara sus planes para dar por concluida la producción de vehículos de combustión, prevista para 2033. “Ampliamos los ciclos de nuestros coches con motor de combustión, que en este momento se sitúan más allá de 2035 –afirmó Döllner–, y no introdujimos ninguna nueva fecha límite, pero aún no hemos decidido hasta cuándo seguiremos produciendo motores de combustión e híbridos enchufables en cada segmento. En este momento, contamos con vehículos con motor de combustión, híbridos enchufables y eléctricos de batería y no vemos la necesidad de un tipo diferente de almacenamiento de energía o tren de transmisión. Y no creemos en absoluto que en los próximos cinco o diez años el hidrógeno vayan a formar parte de los vehículos particulares, aunque puede que eso sea diferente en el caso de los camiones.”
Otro asunto que interesa a los amantes de la marca de los cuatros aros es su participación, a partir de 2026, en la Fórmula 1, que se convertirá, también, en un laboratorio de pruebas para sus coches futuros. La aerodinámica, la construcción ligera y las estrategias de software fluirán directamente hacia el desarrollo de vehículos en serie. “Entraremos en la Fórmula 1 con humildad –advierte Döllner–. Tenemos una estrategia a largo plazo y hasta 2030 no entraremos a luchar por el campeonato. Tenemos cuatro años por delante y queremos ir paso a paso. Este año ya hemos mejorado mucho, algo que resultaba demasiado difícil, en comparación con el año pasado. Seremos un competidor relevante, lo que no era así el año pasado”.
