Goldmisth empezó su carrera en el Hollywood de los años 50, logró trabajar con los más grandes durante 30 años hasta que su carrera empezó a quedar limitada por no ser “suficientemente alto”, “suficientemente guapo” o “suficientemente algo que no era”. Así que se cansó y decidió ver cuánto valía él realmente. Dejó de fumar y se lanzó a su propio negocio de comercialización a través de internet… lo que fue todo un éxito.

Esta empresa se extendió hasta 37 países y le hizo ganar toda una fortuna, ¿cuánta? Él mismo prefiere no especificar. Sabe que el negocio de comercialización online está plagado de estafadores y carroñeros, a lo que él se adelanta “sabiendo que es un campo muy dañado por quienes no lo utilizan bien”. Es el mismo campo al que Donald Trump dijo que se dedicaría si por un casual su fortuna cayese en picado.

Más tarde, como las torres más altas, él cayó junto a su negocio. E intentó llamar a las puertas de Hollywood que un día le dieron cobijo: nadie le reconocía, había pasado 10 años fuera del negocio de actor y no tenía carrera que levantar –porque básicamente no existía-.

Durmiendo en la parte trasera de su camioneta tuvo suerte: un representante le consiguió el papel para una audición: la que le convertiría en el “hombre más interesante del mundo” para toda América. Ahora su imagen abandera una de las cervezas más consumidas en el continente indio, con una apariencia que recuerda al clásico Bond: “La vida está hecha para ser vivida al límite” Y así lo demostró su vertiginosa carrera que se asemeja a una montaña rusa.

Goldmisth habla con clase del “viejo Hollywood” mientras siente que el actual está consumido por el espíritu Kardashian. Aunque parte de su éxito se debe a sus memes de los que se alimentan sus comerciales…

De su carrera poco se recordará, pero de su vida hay poco que pasar por alto…. Vivió en un barco con Fernando Llamas –el personaje al que interpreta como “el hombre más interesante del mundo”-, salvó la vida de un par de montañistas y de una persona que estuvo a punto de morir ahogada en ático colapsado. Perseverancia y generosidad son la clave para uno de los hombres con más presencia en ONG’s americanas y que parece habernos enseñado más de una lección laboral, aunque podríamos quedarnos con la más importante: la vida es una montaña rusa, mejor átate el cinturón y disfruta del paseo, va a ser movidito.