Sabes cuando hablar y cuando callar
Quizá esta sea la mejor de las virtudes de una persona ‘ambivertida’. Es como tener un sexto sentido que ayuda a identificar en qué situaciones hay que cerrar la boca y en cuales se puede hablar largo y tendido.
Escuchas y das conversación
Si conversas con otra persona extrovertida y no sabes mucho del tema del que habla, escuchas con atención, pero si sabes y te entusiasma, que se prepare, porque no callarás. Los silencios incómodos no son para los ‘ambivertidos’.
Valoras la compañía y la soledad
Las personas ‘ambivertidas’ necesitan hacer vida social como las extrovertidas, pero son conscientes de que a veces es bueno tomarse un respiro a solas y no les importa quedarse consigo mismos. Valoran ambas situaciones casi por igual.
No tienes miedo al cambio
Los cambios no te asustan por el mero hecho de que no te asusta conocer gente nueva ni tampoco estar solo. Si eres ‘ambivertido’, sabrás mantener el equilibrio entre lo viejo y lo nuevo sin perder el norte.
Eres contundente pero empático
Si eres una persona ‘ambivertida’, sabes ponerte en el lugar de los demás pero también no salirte del tuyo. Comprendes a los demás pero te encargas de que también te comprendan a ti.
Das tu brazo a torcer, pero no más de la cuenta
Para los ‘ambivertidos’ no existe eso de “ser de bueno, tonto”. Si eres ‘ambivertido’ sabes perfectamente dónde están tus límites. Sueles ceder y eres flexible, pero si algo no te hace gracia, no dudarás en pronunciar un “no”.
Sabes quedar bien sin doblegarte
A veces las personas extrovertidas desempeñan la ardua tarea de llevarse bien con todo el mundo, cosa que es casi imposible a menos que seas ‘ambivertido’. Para un ‘ambivertido’ esto es más sencillo porque sabe hasta dónde hablar y es capaz de quedar bien sin necesidad de regalar los oídos a nadie.