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Un fin de semana en Madrid con el Leapmotor T03

De reducidas dimensiones y muy potente para su peso (94 CV), este nuevo vehículo eléctrico puede convertirse en el coche urbano de cualquier familia o, incluso, en el primer coche de cualquier conductor novato: es muy económico y se pueden hacer las mismas cosas que hacían nuestros abuelos, hace sesenta años, con un Seat 600.

Para todos quienes pensáis que los coches eléctricos son demasiado caros, aquí tenéis la oportunidad para cambiar de parecer: el Leapmotor T03, un coche totalmente eléctrico, con una autonomía de 265 km en ciclo mixto WLTP y hasta 395 km WLTP en ciclo urbano, y un precio a partir de 10.700 euros (gracias a los descuentos de hasta 7.000 euros que ofrece el plan MOVES). Y no tenéis nada de qué preocuparos: aunque nunca hayáis oído hablar de la marca (y de la que oiréis hablar mucho a partir de ahora), esta cuenta con el respaldo de una de las mayores compañías automovilísticas del mundo, Stellantis (la empresa resultante la fusión de acciones de los grupos ítalo-estadounidense Fiat-Chrysler Automobiles y el francés Groupe PSA).

Leapmotor es, en realidad, una empresa china que ha llegado a acuerdos de fabricación con Stellantis, el gigante mundial que aglutina las marcas Fiat, Abarth, Alfa Romeo, Lancia, Maserati, Chrysler, Dodge, Jeep, Ram Trucks, Peugeot, Citroën, DS, Opel y Vauxhall, y su T03 es su gran apuesta urbana… y en Forbes dispusimos de una de sus unidades todo un fin de semana, para probarlo en Madrid.

Lo recibimos con el cuentakilómetros marcando 3.876 (y una autonomía restante de 234 km) y lo devolvimos con 4.046 (quedando 81 km de autonomía), es decir, lo condujimos durante 170 km y consumimos 153 km de la autonomía prevista, así que “ahorramos” 17 km y yo no soy especialmente cuidadoso con los consumos, ni cuando se trata del gasto en gasolina de mi propio coche: arranco el primero en los semáforos como si quisiera aprovechar mi “pole position”, y me distancio rápidamente de mis “perseguidores”. Tampoco conduzco a los 30 o 50 km/h (espero que no lea estas líneas Pere Navarro) permitidos en la ciudad (algo que beneficia a los eléctricos, que, al contrario de lo que sucede con los de combustión, que gastan un montón de gasolina o gas-oil en marchas cortas, es en los atascos cuando menos consumen) y empleo el aire acondicionado en todo momento (sobre todo con el calor que caracteriza a la capital en verano).

Lo primero que se percibe del T03 son sus reducidas dimensiones. Con 3.620 mm de largo y 1.652 mm de ancho, es uno de los coches más pequeños del mercado, pero, curiosamente, es alto: 1.577 mm. En el interior del T03 hay un espacio sorprendente incluso para los pasajeros de la parte trasera, aunque, lógicamente, el espacio para las piernas sea reducido y el maletero tenga apenas 210 litros de capacidad. Es un coche urbano, pensado para recorridos cortos, así que ¡no pasa nada!: la compra del súper cabe, salvo que se trate de la de una familia numerosa… Y siempre te quedará la opción de abatir los asientos traseros.

Por filosofía, el interior es escueto, pero está muy bien construido para su precio. El conductor dispone de un panel digital detrás del volante y una pantalla táctil central de 10,1 pulgadas y la mayoría de los botones están en un menú o en el volante. Para comenzar a andar, sólo hay que pulsar el botón de arranque y seleccionar Drive en la palanca, situada donde normalmente pondríamos en marcha los limpiaparabrisas, y el T03 se pone en marcha rápidamente, una vez que el freno de estacionamiento eléctrico se da cuenta de que tiene que soltarse. Tiene 94 CV y eso significa que es muy ágil al acelerar y que si tienes que desplazarte fuera de la ciudad nada le impide ir rápido por autopista, aunque no sea ese su “entorno natural”: ya hemos dicho que es alto para sus dimensiones (y muy ligero) y eso supone un obstáculo aerodinámico frente a vientos laterales. En cambio, en ciudad, su agilidad le hace sobresalir y, en cuanto a seguridad, es más que suficiente: cuenta con seis airbags, frenada autónoma de emergencia a baja velocidad, reconocimiento de señales de tráfico, aviso de ángulo muerto y asistente de mantenimiento de carril.

Se puede elegir entre tres modos diferentes para la dirección y otros tres para el motor. Se puede circular normalmente en el modo Estándar o Eco, pero si se pone en Sport coge una vitalidad inesperada. Aunque la dirección se mantiene en esta configuración, el acelerador vuelve a Eco por defecto. Eso sí, las ayudas a la conducción, en forma de alarmas sonoras, pueden resultar molestas, recordándote cada cambio de límite de velocidad o de carril. Nada que no se solucione apagando las alarmas en el menú antes de ponerte en marcha. 

Como ya se ha adelantado, lo que no resulta intuitivo es el limpiaparabrisas. Me llovió y el sitio en el que en cualquier otro coche se encuentra la palanca que lo acciona aquí encontramos la función de marcha elegida, dado que se trata de un coche automático: hacia delante, hacia detrás o bloqueo es automático. Como era de noche y no conseguía localizar cómo accionar las escobillas sin desviar la mirada del asfalto durante más tiempo del que sería prudencial, tuve que parar y buscar su ubicación en el libro de instrucciones, pero una vez leído el texto, era muy sencillo entenderlo. Con luz de día no hubiera supuesto ningún problema. Y, además, como es un coche muy pequeño, lo que ya hemos señalado, aparcar momentáneamente en cualquier sitio no supuso ningún problema, sobre todo en una ciudad que se ha vuelto tan antipática para los coches como es Madrid, y que con su etiqueta 0 nos permitió meternos por todos sus recovecos y aparcar en la calle al lado mismo del Congreso de los Diputados. ¿Cuánto tiempo hace que tú no puedes decir lo mismo?