No te culpes si sientes que esta pregunta te ronda ocasionalmente tu cabeza, es normal y cualquier profesional que se precie y que valore su trabajo ha podido formulársela alguna vez. ¿De dónde proviene esta duda tan trascendental? Es fácil, cualquier trabajador que dé prioridad e importancia a lo que hace teme por sus resultados y duda si lo que lleva a cabo es lo suficientemente bueno. Pero estas dudas no son malas, sino todo lo contrario. Son el comprobante de que nos importa y afecta a lo que nos dedicamos.
Sin embargo, ahogarse en estas preguntas y comederos de cabeza no es lo ideal, ¿cómo solucionarlo? Cuando dudes sobre si dejar tu puesto ten en cuenta que esta etapa es temporal mientras que te haces esta cuestión: “¿Cuál es mi definición de éxito?” Antes de contestarte has de tener claro que no siempre se puede ganar o salirse con la suya, y que estos contratiempos no van a ser suficientes como para alejarte de hacer lo que amas.
El truco está en redefinir tu definición de éxito según en la etapa laboral y personal que te encuentres, ya que no siempre puedes estar exigiéndote tanto o estando concentrado por completo en una función. Piensa que todo lo que has hecho anteriormente conlleva años de entreno y que quizás el proceso de recuperación sea lento. Así pues, debes de abrazar una versión más realista del tiempo y el esfuerzo. Quizás incluso debas de volver a lo básico en tu oficio, en lo que realmente disfrutabas, ya tendrás tiempo para complicarte con metas más arduas.
Pero recuerda, que nada ni nadie te haga dejar de hacer lo que amas.