La novena edición de Noches del Botánico echó a andar el pasado 4 de junio con dos actuaciones de Van Morrison. El más importante acontecimiento musical anual del verano madrileño espera superar los 184.000 espectadores del año pasado, a lo largo de los 53 conciertos programados hasta el 31 de julio. A punto de cruzar el ecuador del festival, la única nota discordante ha sido la “espantada” de Morrissey, el que fuera líder de la banda mancuniana The Smiths, que dejó compuestos y sin concierto a los miles de fans que esperaban su actuación, cancelada a menos de 24 horas de su celebración “por un caso de sinusitis aguda”, como tuvo que explicar la organización, sin posibilidad de reagendar la fecha del concierto.
“Efectivamente, le diagnosticaron una sinusitis severa –explica Julio Martí, uno de los fundadores del festival, junto a Ramón Martín– y esa misma semana canceló otro concierto. Después de cancelar en Madrid actuó en París, pero luego tenía que ir a Estocolmo y volvió a cancelar y esta vez alegaron que la banda estaba exhausta…, pero ¡exhausta de qué, si no tocas nunca!”. Martí nos confirma, además, que la banda que acompaña a Morrissey “estaba en Madrid, lista para actuar. Pensemos que tuvo muy mala suerte, porque no quiero no quiero cargar tintas, pero me sabe fatal, porque todos los promotores estamos siempre con dudas, por la fama que arrastra. Nosotros teníamos el concierto asegurado, porque no podemos correr el riesgo de unos gastos tan elevados y que luego no se pueda celebrar, pero lo lamentable es la experiencia para su público, porque mucha gente viene de otra ciudad y se ha pagado su billete y se encuentra con que tiene que pasar un par de días en Madrid sin hacer nada. De hecho, los gastos de la estancia de sus músicos en la ciudad corrieron de su cuenta…”.
El único inconveniente, en todo caso, fue la inversión en comida vegetariana, dado el activismo militante por la causa que ejerce el cantante británico, que exige que no se sirva carne la noche en la que actúa. “Se gastaron 3.000 euros en productos no cárnicos para poder dar de comer a la gente ese día, que, claro, no se ha usado –explica Martí–. Nosotros estábamos preparados para las condiciones que él quería y para dar de comer a la gente con un plan absolutamente vegetariano, pero no pudo ser…”.
Las anécdotas divertidas empezaron, sin embargo, pronto, con el propio Van Morrison, encargado de inaugurar la novena edición del festival. La leyenda en torno al músico norirlandés dice que tiene la costumbre de regresar a su casa, en las afueras de Belfast para dormir, incluso cuando está de gira. Sin embargo, como nos comenta Julio Martí, el “león de Belfast”, como se le conoce, pasó unos días de vacaciones en la capital española. “Una semana por Madrid, a su aire –nos confirma el fundador de Noches del Botánico–. Cuando nos pusimos en contacto con su equipo nos dijeron que él ya había llegado a Madrid el viernes 30 de mayo. De hecho, nos enteramos de que el domingo 1 de junio había ido al Café Central a ver en directo a Ben Sidran. Y cuando apareció por el jardín estuvo en todo momento superinvolucrado: llegó el primer día muy temprano a la prueba de sonido y después, que podía haberse ido al hotel a descansar, optó por quedarse. Y como cosa graciosa te puedo decir que llevaba puesta una camiseta de Chucky, el muñeco diabólico”.
Por el recinto de la Ciudad Universitaria han pasado, como público, infinidad de músicos y políticos. “Yo he visto por el festival a Fito, a Iván Ferreiro, a los integrantes de León Benavente, a los Alcalá Norte. Ana Belén, que actúa esta semana, también ha aparecido por el festival en ediciones anteriores como público, con Víctor Manuel. Recuerdo verles a los dos en el concierto de Elvis Costello de hace unos años… Y se pagan ellos las entradas, porque nadie nos había pedido invitaciones. Igual sucede con los políticos. En el segundo concierto de Van Morrison vi a Yolanda Díaz, y en el de Mikel Erentxun a Borja Semper. Y te puedo contar una buena anécdota, porque en uno de los conciertos, no recuerdo exactamente cual, aunque puede que fuese el primero de Lori Mayers, se produjo un desmayo entre el público… ¿y sabes quien le atendió? Carlos Elías, el guitarrista de Alcalá Norte, que es médico”.
La leyenda dice también que los artistas suelen pedir cosas de lo más disparatadas en sus camerinos. Pero Martí lo niega por completo. “Lo único que nos piden especial es iluminación de suelo entre el camerino y el escenario –asegura Martí–. En una actuación anterior de The Roots, que también tienen concierto esta semana, nos habían pedido pizzas calientes para llevar, porque querían marcharse enseguida del concierto y comérselas en el autobús… pero estuvieron tan a gusto antes y durante el concierto que, al final, se comieron las pizzas en el backstage y se quedaron en el recinto hasta las 2 de la madrugada”. A ver qué les apetece cenar la noche del martes 1 de julio, cuando se celebrará su nueva actuación…
La experiencia positiva de los artistas en este festival es un clásico. El manager del cantante portorriqueño de salsa Gilberto Santa Rosa conoció el año pasado el recinto y, como explica Martí, “se quedó entusiasmado y nos lo ha puesto muy fácil para contar este año con la actuación de Santa Rosa. A todo el mundo le cuenta que ‘este es uno de los mejores festivales del mundo’ y que no ha visto ‘nada igual, después de haber dado la vuelta al cabo del mundo’. Pues resulta que este año, durante Fitur, me llamó el alcalde de San Juan de Puerto Rico, que había venido a Madrid a la feria y que quería conocer el jardín… ¡Fíjate tú! Ver un jardín botánico en enero… Pues nos escribió hace un par de semanas y va a venir a ver a Gilberto Santa Rosa el domingo, así que tendremos de invitado al alcalde de San Juan de Puerto Rico, para que vea el festival en su máximo esplendor”.