Desde que en 1975 Pedro Subijana (San Sebastián, 1948) llegase al restaurante Akelarre como socio y jefe de cocina muchas cosas han cambiado.
A aquel restaurante de no más de ocho trabajadores que compartía edificio con la famosa discoteca KU, y al restaurante 3 estrellas Michelin que es hoy en día con un hotel de lujo en un entorno privilegiado en el monte Igueldo de San Sebastián, les separan 45 años y el afán de mejora continua y perfeccionamiento.
En 2017, el chef Pedro Subijana cumplió su sueño de ampliar la oferta gastronómica de su restaurante tres estrellas Michelin con un hotel de lujo. El hotel Akelarre perteneciente a la red de Relais & Chateaux, se ubica en la parte inferior del edificio que alberga al espacio gastronómico y en un edificio de nueva construcción.
En palabras de Oihana Subijana, hija del distinguido chef y directora del hotel Akelarre, “el hotel tiene un tamaño idóneo (22 habitaciones) para poder dar un nivel de servicio muy personalizado y ofrecer al huésped una experiencia única. Su situación, en un enclave privilegiado con unas vistas inmejorables al mar Cantábrico y su arquitectura, hacen de Akelarre un lugar único”.
En total, el hotel cuenta con 22 habitaciones que, clasificadas en tres categorías diferentes, ofrecen las máximas comodidades y calidades para que las estancias sean inolvidables. Todos los baños cuentan con bañera y ducha efecto lluvia independiente, lavabo doble, amenities personalizados y grandes espejos en los que se refleja el mar.
Sin duda, las dos suites Akelarre son la joya del hotel ya que cuentan con una gran terraza con amplios ventanales de suelo a techo desde los que disfrutar las mejores vistas de la costa, así como una increíble piscina privada.
Gracias a su ubicación privilegiada en el Monte Igueldo de San Sebastián, las terrazas y ventanales de cada una de sus 22 habitaciones regalan unas increíbles vistas del Golfo de Vizcaya, desde donde perderse mirando al infinito, algo que no deja indiferente a los huéspedes. Según Oihana, “uno de los comentarios más recurrentes de nuestros huéspedes es la paz que encuentran en nuestra propiedad. Los amplios espacios, los materiales naturales, el silencio, la luz natural, las vistas, el spa… se respira calma en Igueldo”.
Akelarre completa su propuesta con una zona de Spa y Wellness de 800 m2 y con vistas al Cantábrico, donde los huéspedes pueden relajarse en la piscina con circuito de hidromasaje, baño de vapor y sauna, así como dejarse llevar por la carta de masajes y tratamientos de belleza realizados con los productos de cosmética natural de Sisley Paris.
Comodidad, lujo y seguridad
El pasado mes de julio, el hotel volvió a abrir sus puertas tras el confinamiento adaptando sus servicios a las nuevas necesidades sanitarias.
“Lo primero que hicimos fue formarnos todo el equipo de hotel, restaurantes y spa y certificar Akelarre como establecimiento seguro por el ICTE y el CEHAT. De esta manera nos aseguramos de adaptar toda la experiencia de Akelarre cumpliendo con la normativa, pero intentando que quien nos visita lo viva de la manera más amable posible. Que no es fácil”- afirma la directora del hotel.
A la llegada de nuevos huéspedes, el personal de hotel explica brevemente los pequeños cambios y obsequia con un kit higiénico con mascarilla y gel. Aunque el hotel Akelarre cuenta con espacios tan amplios que ya conseguían cumplir la distancia de seguridad necesaria, “ha influido a la hora de disfrutar de la zona de spa y gimnasio, que ahora debe reservarse con cita previa y con espacios de tiempo mayores entre citas”, aclara Subijana.
Cinco estrellas de hotel y tres de restaurante
El hotel Akelarre es uno de los pocos lugar donde disfrutar de una experiencia de lujo para mimar los cinco sentidos. La oferta gastronómica del hotel es inmejorable, con Espazio Oteiza y el restaurante Akelarre.
Mientras que el Espacio Oteiza es de uso exclusivo para clientes alojados solamente durante el desayuno, a partir de las 12:00h está abierto al público. “Es un lugar en el que puedes tomar algo dentro o en las terrazas, comer unas raciones o tomar un aperitivo antes de comer, comer, merendar, picar algo al atardecer, ver la puesta de sol o cenar. Además, está abierto todos los días de la semana. La oferta es muy amplia y el precio medio muy razonable. Hay 2 espacios y cartas diferenciadas. Uno de snacks y otro de comidas/cenas. Además, por las tardes abre la barra de coctelería desde las 16:00h hasta el anochecer”- relata Subijana.
Por su parte, Akelarre con sus 3 estrellas Michelin y 2 menús degustación a elegir es una experiencia diferente. Según Oihana, “quien viene a un 3 estrellas generalmente sabe lo que busca. Suele tratarse de una celebración especial, una fecha señalada, un capricho que no es para permitírselo todas las semanas. Eso sí, el 90% de nuestros huéspedes come o cena en Akelarre alguna vez durante su estancia. Yo creo que sin probar Akelarre no se puede completar la experiencia del hotel”.