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Lo que nadie te enseñó antes de graduarte

La autodisciplina es la mejor de las ayudas
Has dejado de ser becario, ya no tienes tutores, mentores, ni nadie que te presiones para sacar las cosas adelante. Estás solo tú antes el mundo y un sinfín de posibilidades, lo único que necesitas es organizarte. ¿Te cuesta? Pues esfuérzate más. Ahora eres tú quien debe mantenerse a raya a sí mismo. La vida adulta es como independizarse: tus padres ya no te exigirán recoger la ropa sucia, pero en algún momento tendrás que hacerlo porque nadie lo hará por ti y va en tu beneficio. La autodisciplina será tu mejor aliada en esta nueva etapa. Si quieres algo, ve a por ello.

Los obstáculos están para sortearlos (y para aprender de ellos)
Sí, te acaba de caer un marrón encima de los grandes, debes solucionarlo tú solito, pero después de hacerlo serás alguien diferente, habrás aprendido al menos dos cosas: lo que no debes hacer y cómo solucionarlo. Los obstáculos ya no son cosa de otros, tienes que solucionarte tú la vida y aprender de todo lo que venga. Aprovéchalo y no esperes a quien haya siempre alguien por encima que te resuelva los problemas.

El tiempo libre es un privilegio (pero existe)
Damos fe de que el tiempo libre existe y de que existe, pero recuerda que no será, probablemente, la tónica general de tu día a día. Dicen que quien algo quiere, algo le cuesta, y una vez que eres adulto las responsabilidades se van multiplicando y hacer malabares con el tiempo para atender a todas será una de tus nuevas funciones en este galimatías en el que nos metimos al nacer y al que llaman vida.

Los amigos (y la esperanza) son lo último que se pierde
Cuanto menos veas a tus amigos, más te acabarás dando cuenta de lo mucho que te hacen falta. Los verdaderos colegas perduran, escuchan como si el tiempo nbo hubeira pasado y están ahí para celebrar y para llorar. Una vez que la vida empiece a complicarse, te darás cuenta de lo importante que es tenerlos a tu lado aunque los veas poco. Al igual que la esperanza, los amigos son lo último que debes perder y la amistad es una de las cosas más valiosas que tendrás en la vida si sabes cuidarla.

Nunca se deja de aprender
Que nadie te engañe, dejar de estudiar no significa dejar de aprender. El conocimiento, como el amor, está en la calle, solo que, por lo general, es más sencillo encontrar lo segundo que lo primero. Así que, abre bien los ojos, los oídos y la mente y disponte a aprender de todo aquello que la vida te muestra día a día. La vida y, sobre todo, las personas. Nunca sabes quién te puede dar la lección de tu vida, estate atento.

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