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La fauna de oficina: 20 tipos de compañeros de trabajo


1. El gracioso / el cuñado de oficina. Sí, ese. Sabes de quién te hablo. Es el de los chistes malos, el que se ríe solo, el que te da una palmada en la espalda que te coloca las vértebras mientras suelta una sonora carcajada. Con él tu “fisio” tiene trabajo.

2. El pedante. Siempre te contará sus vacaciones inexistentes en Mallorca, sus grandes conocimientos acerca de todo y usará expresiones como “oh mygod!” cada vez que pueda. ¡Ah! Recuerda: él siempre va a tener razón.

3. El de las redes sociales: “¿Has visto lo que ha subido José Luis Quintanilla a Facebook?”, “Te acabo de dejar un vídeo en tu muro que te meas”, “¡¡Foto, foto!! ¿Os etiqueto no?”. Suficiente.

4. El fiestero. “¿Unas copas el viernes o qué?” “Panda de sosos… ¿nadie sale hoy?” “Venga, el sábado fiesta en mi casa”. Eso sí, es imprescindible tener su número porque te vendrá genial cuando no tengas plan: él siempre estará ahí. Tilltheend.

5. El de “las cañas”. Es la versión light del “fiestero”. Cuando son las 17.59 le oirás preguntando por la oficina: “Bueno que, ¿unas cañitas no?”

6. El amargado. No importa que haga un sol radiante, que lluevan billetes del cielo o que un coro de ángeles celestiales (o de Victoria Secret) entre por la puerta: siempre encontrará un “pero” y un lamento. Recomendación: mantente lejos.

7. La de la repostería / comida casera en general. ¿Quién no tiene en su oficina una “mami” encantadora que trae tartas, galletas o empanada sin motivo aparente? Ay, qué maja. Menos cuando ves que no te entran los pantalones. Ahí ya no.

8. El gominas. No hace falta más definición: con toda la gomina que lleva podría fijar un tren a las vías. Suelen acompañarle unos relucientes mocasines y una camisa que no se arrugaría ni aunque le pasase un tráiler por encima.

9. El becario. Es imprescindible en la oficina, vale para todo y siempre suele estar encantado de la vida. Solidarízate con él porque todos hemos sido becarios.

10. El impuntual. Siempre tiene una maravillosa excusa para llegar media hora tarde: el tráfico, su abuela se ha muerto por séptima vez en lo que va de año, tiene la casa como el pantano de San Juan, su perro se ha comido sus deberes…Blablabla.

11. La pija. Tiene el iPhone 7 antes de que salga porque su amiga “Cari” lo ha traído de Miami, un pelazoque hace llorar a las de Panteney un bronceado dorado caribeño los 365 días del año. Todo esto es totalmente extrapolable a un hombre, normalmente llamado Borja.

12. El tío y la tía buena. Son los “Brangelina” de la ofi. No hay más. ¡Ah! Siempre suelen tener tres o cuatro babosos / as detrás respectivamente.

13. El hombre invisible. “¿José María? ¿Alguien ha visto a José María? ¿Ha venido a trabajar?”. Pues eso.

14. El / la / los cotillas. De estos hay varios, de hecho suelen hacer corrillo para criticar la falda de Tati, lo mal que le sienta el peinado a Chus o si Pili y Javi se han liado en la cena de empresa. Fauna imprescindible 100%.

15. Puri, Maricarmen, Concha… vamos, la secretaria. Te hará muchas preguntas, prometerá pasarte una llamada que jamás llegará, pero siempre estará ahí cuando la necesites. Eso es así.

16. El de los mails. “perritoscucos.ppt”, “lavidaesunregalo.ppt”, “reenvía porque si no morirás en 6 minutos y 23 segundos”. Harías una pira con el ordenador y con él. Otra variable del “sujeto de los emails” es el que pone en copia a media oficina: al de comercial, al de rrhh, al jefe, al jefe del jefe, al jefe del jefe del jefe. Sólo falta el guardia de seguridad.

17. El que fuma como un carretero. Si le echas en falta en cualquier momento, tranquilo, que no panda el cúnico. Está en la calle “dándole al vicio”, como dice él.

18. El cansino. Efectivamente, es ese que te cuenta su vida entera, sus vacaciones con pelos y señales y la enfermedad de su tía Amelia de Calatayud paso por paso. Pero ¡ojo! También quiere saberlo todo de ti. Busca atajos para no cruzártelo.

19. El pisotea cuellos. Vamos, el trepa, el aguililla de toda la vida. Está acechando cual león relamiéndose por una cebra esperando a saltar para ¡ZAS! Quitarte el proyecto que estabas esperando o que le asciendan a él después de pisarte la yugular. Muy majo también, sí.

20. EL JEFE. Hay muchos tipos: el agradable y comprensivo, el que te amarga la vida, el que después de cinco años en la empresa no sabe tu nombre porque la oficina ni la huele… Eso sí, aunque en esta lista esté el último recuerda que es el primero. ¡Já!