1. Una contraseña distinta por cada web. Como hemos dicho antes, uno de los mayores errores y a la vez más comunes, es tener la misma contraseña (por muy compleja y segura que sea) para todas nuestras cuentas. Cuando averigüen una, tendrán la llave de tu privacidad.
2. Mayúsculas, minúsculas y números, eso es lo que debe contener una contraseña segura. Además intenta intercalarlos para hacerlo aún más difícil.
3. Siempre que sea posible, usa como mínimo ocho caracteres.
4. Utiliza un gestor de contraseñas: ¡hay muchísimos y muy sencillos de utilizar! Es complicado recordar tantas contraseñas, pero puedes encontrar gran cantidad deapps que te facilitarán el trabajo, como el famoso 1Password. Si lo haces a la antigua usanza apuntándolas en un papel, asegúrate de tenerlo a muy buen recaudo.
5. Cámbialas mínimo cada 6 meses, pero no todas a la vez: ve rotando.
6. Según Microsoft una contraseña segura no contiene el nombre de usuario, el nombre real o el nombre de la empresa ni una palabra completa.