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Más allá de las ciudades inteligentes actuales: cómo construir una metrópolis multimodal

Imagina una ciudad en la que la inteligencia artificial se anticipa a tus necesidades antes incluso de que las expreses. El tráfico circula sin esfuerzo gracias a análisis predictivos que desvían los atascos antes de que se produzcan. El consumo de energía se ajusta mediante redes inteligentes autooptimizadas que reducen el despilfarro y garantizan una distribución de energía sin fisuras. Los servicios públicos, desde la sanidad al transporte, se adaptan en tiempo real mediante el aprendizaje automático, creando una ciudad que no solo es eficiente, sino que responde realmente a las necesidades de sus habitantes.

Esto no es el telón de fondo de una película de ciencia ficción. Es la realidad emergente de la vida urbana. A medida que se afianzan las infraestructuras impulsadas por la IA, las ciudades evolucionan hacia ecosistemas dinámicos y autorregulados en los que la tecnología trabaja en armonía con la actividad humana. El futuro será sostenible, envolvente y adaptado a las necesidades individuales y colectivas, una transformación que va más allá del concepto tradicional de ciudad inteligente.

Más que una ciudad inteligente: ¿Qué define a la metrópolis multimodal?

Nos encontramos en un punto de inflexión en la evolución urbana. Durante años, la idea de «ciudad inteligente» ha dominado nuestra imaginación, prometiendo eficiencia a través de sistemas hiperconectados y optimización impulsada por IoT. Sin embargo, el siguiente capítulo de la innovación urbana ya está aquí, y es algo mucho más grande: la metrópolis multimodal. Esta visión va más allá de la eficiencia. Se trata de crear entornos urbanos en los que lo físico y lo digital se mezclen a la perfección, impulsados por tecnologías como la IA generativa, la computación espacial, la visión por ordenador y la IA física, todo ello respondiendo a las necesidades dinámicas de las generaciones futuras.

Principales diferencias

Las ciudades inteligentes tradicionales se centran en la recopilación centralizada de datos, la instalación de sensores y la optimización de las infraestructuras. En cambio, la Metrópolis Multimodal sitúa la experiencia humana en primer plano. Emplea sistemas urbanos gestionados por IA que responden en tiempo real a todo, desde las demandas de la red energética hasta los casos de emergencia. La IA generativa reimagina cómo el transporte público y los espacios urbanos pueden transformarse y adaptarse a los flujos diarios de población, adaptando eficazmente los servicios a las necesidades individuales.

Al mismo tiempo, la visión por ordenador proporciona un conocimiento en tiempo real de los paisajes urbanos, mejorando la gestión del tráfico, la vigilancia de la seguridad y la prestación de servicios autónomos. Estas capacidades se apoyan en la inteligencia espacial, una capa de entornos adaptables que puede ajustar la iluminación o la acústica en función del comportamiento de los ocupantes, mientras que las gafas inteligentes de realidad aumentada ofrecen navegación instantánea, experiencias culturales y alertas de seguridad. La IA física, incluidos los robots colaborativos (cobots) y los vehículos autónomos, subraya aún más el cambio de la infraestructura estática de la ciudad a unos servicios fluidos y autosuficientes. Por último, se hace hincapié en el diseño centrado en el ser humano, garantizando que la vida urbana siga siendo accesible, atractiva y adaptable para todos.

Seis pilares fundamentales de la Metrópolis Multimodal

1. Capacidad de respuesta: La ciudad reacciona en tiempo real a los cambios y necesidades, utilizando análisis basados en IA y agentes de IA para optimizar servicios como el flujo de tráfico, la distribución de energía y la seguridad pública.

2. Adaptable: Los sistemas urbanos aprenden de los datos para evolucionar y autoajustarse a los nuevos retos, ya sea el rápido crecimiento de la población o los cambios en las tendencias económicas.

3. Contextual: las infraestructuras y los servicios se proporcionan cuando y donde más se necesitan, integrando la computación espacial, la IA generativa y los datos en tiempo real para crear experiencias de usuario intuitivas.

4. Sostenible: La ciudad equilibra activamente el uso de recursos, ya sea agua, energía o residuos, con la administración ambiental, minimizando el impacto ecológico y maximizando la resiliencia frente a los riesgos climáticos.

5. Resiliente: Los sistemas están diseñados para resistir interrupciones, como desastres naturales, fallos de infraestructuras o trastornos económicos, utilizando IA predictiva y una sólida planificación de contingencias para recuperarse rápidamente.

6. Cognitiva: La infraestructura de IA de la ciudad no se limita a automatizar tareas. Percibe, interpreta y comprende dinámicas urbanas complejas, lo que permite profundizar en el conocimiento y la toma de decisiones estratégicas para el futuro.

Una nueva dimensión: Interacciones multiagente en la metrópolis multimodal

IA multimodal. Aproveche la inteligencia versátil con este icono de IA multimodal, ideal para ilustrar.

Más allá de la naturaleza multimodal de la ciudad, donde convergen la infraestructura impulsada por la IA, la computación espacial y la IA física, se encuentra una capa multiagente crucial, donde varias entidades de IA colaboran en tiempo real para abordar los retos urbanos. En este caso, la optimización del tráfico no es tarea de un único sistema; flotas de vehículos autónomos, semáforos interconectados y sistemas predictivos de inteligencia artificial pueden ayudar a optimizar el tráfico. Del mismo modo, las redes energéticas se adaptan a las fluctuaciones de la demanda mediante un diálogo constante entre las fuentes de energía renovables, las unidades de almacenamiento en batería y los sistemas de IA orientados al consumidor. Cada agente, desde los drones autónomos que reparten paquetes hasta los asistentes personales de IA que gestionan los horarios sanitarios, informa y aprende del ecosistema colectivo. Este enfoque multiagente mejora la resiliencia, ya que múltiples sistemas inteligentes pueden asignar recursos de forma proactiva, detectar anomalías y autocorregirse. En efecto, las ciudades pasan de ser un mosaico de servicios discretos a redes vivas perfectamente orquestadas, capaces de comprender, anticipar y satisfacer diversas necesidades humanas con notable agilidad.

Proyectos como Neom y Qiddiya en Arabia Saudí ejemplifican este ambicioso planteamiento. El plan maestro de Neom prevé una ciudad totalmente integrada en la IA que utiliza el modelado urbano predictivo, la IA generativa para la sostenibilidad y la infraestructura hiperconectada para establecer nuevos estándares en IA en el dispositivo, planificación urbana energéticamente eficiente y adaptación continua. Por su parte, Qiddiya, concebida como un centro de ocio de nueva generación, se esfuerza por combinar las experiencias mejoradas por la realidad aumentada con la personalización turística impulsada por la IA. Mediante la fusión de tecnología avanzada con la participación inmersiva, Qiddiya pretende crear un estilo de vida digital-físico sin fisuras que refleje los principios de la Metrópolis Multimodal.

Afrontar los retos urbanos: Un enfoque multimodal

Las ciudades de todo el mundo se enfrentan a problemas complejos como el cambio climático, la escasez de recursos, la rápida urbanización y la persistente brecha digital. La Metrópolis Multimodal aborda estos problemas integrando soluciones inteligentes y adaptables en las infraestructuras básicas. Por ejemplo, las demandas de sostenibilidad se satisfacen mediante la optimización de recursos basada en la IA, donde los sistemas controlan el uso del agua y la energía en tiempo real y ajustan el suministro para reducir el impacto ambiental sin sacrificar la calidad de vida. Este enfoque tiene en cuenta las proyecciones de que la escasez de agua podría afectar a dos tercios de la población mundial en 2050, al tiempo que reconoce el aumento previsto del consumo de agua relacionado con la IA, estimado en seis mil millones de metros cúbicos cada año para 2027.

La reducción de la brecha digital es igualmente crucial. Se calcula que 2.600 millones de personas carecen aún de acceso a Internet, lo que pone de manifiesto la necesidad de una conectividad más inclusiva. En una Metrópolis Multimodal, las redes de satélites, la IA descentralizada y los servicios públicos asistidos por IA trabajan juntos para garantizar que los beneficios tecnológicos se extiendan a todos los residentes. Las asociaciones público-privadas pueden reforzar este esfuerzo financiando e implementando una sólida infraestructura digital, evitando que los avances en IA y computación se conviertan en un privilegio exclusivo de las comunidades más ricas.

Los cambios generacionales añaden más urgencia. La Generación Z espera una vida sostenible y una gobernanza descentralizada, la Generación Alfa exige experiencias inmersivas e hiperconectadas, y la Generación Beta puede que nunca conozca un mundo sin entornos adaptativos de IA. Al adoptar estas realidades, la metrópolis multimodal alinea sus modelos de diseño y gobernanza con las preferencias de las generaciones emergentes, garantizando que la vida urbana siga siendo relevante y atractiva.

Las tecnologías que darán forma a las ciudades del mañana

Para hacer realidad esta visión, los sistemas interconectados constituyen la columna vertebral de la Metrópolis Multimodal. La informática espacial transforma la forma en que navegamos superponiendo información digital a los espacios físicos, proporcionando una guía de realidad aumentada inmersiva que se actualiza en respuesta a las condiciones del mundo real. La IA generativa simula situaciones de emergencia y asigna recursos de forma más eficaz, mientras que la visión por ordenador ofrece información inmediata sobre los flujos de tráfico, la seguridad pública y el estado de las infraestructuras.

La IA física aparece en muchas formas, desde cobots que ayudan en la logística y el mantenimiento hasta vehículos autónomos que ofrecen transporte las 24 horas del día. Estos avances se basan en sólidas infraestructuras de IA, como Stargate y la AI RAN Alliance, que mejoran las capacidades de computación periférica. Al reducir la latencia y permitir la toma de decisiones en tiempo real, estos sistemas garantizan que los servicios de la ciudad sigan siendo ágiles en las condiciones más exigentes.

Revolucionar el trabajo y la vida en la metrópolis multimodal

Las rutinas diarias serán radicalmente diferentes en una Metrópolis Multimodal plenamente desarrollada. Los espacios de trabajo integrados con IA combinan entornos digitales y físicos, creando oficinas híbridas en las que los empleados, in situ o remotos, colaboran en espacios impulsados por RA que se actualizan continuamente en función de la participación. Esta fluidez va más allá del lugar de trabajo, ya que los wearables con IA facilitan una interacción fluida con los servicios de toda la ciudad, desde las notificaciones de eventos culturales hasta los recursos de salud y seguridad.

La vida cultural y recreativa también evolucionará. La convergencia físico-digital permite actuaciones artísticas, instalaciones públicas y encuentros sociales altamente interactivos, aprovechando la realidad aumentada, la visión por ordenador y la robótica avanzada para crear experiencias multisensoriales. Esta mezcla de ocio e innovación enriquece la vida de la comunidad, fomentando un sentimiento de participación colectiva en la transformación en curso de la ciudad.

¿Cuál es el futuro de Metrópolis Multimodal?

En última instancia, la Metrópolis Multimodal va más allá de la mera eficiencia para promover el compromiso, la inclusión y la sostenibilidad. Al integrar la inteligencia y los agentes de la IA en todos los niveles, pero manteniendo a las personas en el centro de la planificación urbana, pretende cerrar la brecha digital, empoderar a las generaciones futuras y crear barrios que se desarrollen de forma proactiva en lugar de reactiva.

En este nuevo paradigma, la IA mejora las capacidades humanas en lugar de desplazarlas, y los sistemas urbanos con capacidad de respuesta abren posibilidades creativas para el trabajo, el juego y la colaboración. La cuestión no es si podemos integrar infraestructuras inteligentes, sino hasta dónde estamos dispuestos a ampliar los límites de lo posible. A medida que superamos la noción tradicional de ciudad inteligente, entramos en una era en la que nuestros entornos cobran vida de verdad, responden, se adaptan y se alinean con el tapiz siempre cambiante de la vida humana.