Nueva York es, sin lugar a dudas, una ciudad vibrante. Es en ella donde se viven emociones extremas y se respira una creatividad absoluta en cada uno de sus rincones convirtiéndola en una fuente inagotable de inspiración para aquellos que la viven y la visitan. Calles largas y congestionadas, rascacielos interminables, bocinazos constantes, cafés en cada una de las esquinas, hoteles para todos los gustos, restaurantes con todas las cocinas del mundo y un ritmo acelerado es el estatus diario de la ciudad que nunca duerme. También es, sin lugar a dudas, una visita obligada para los amantes de la cultura, la arquitectura, la vida nocturna y es el paraíso para los amantes de la moda. Siempre hay una buena razón para regresar a una de las ciudades más famosas y dinámicas del mundo y hoy te traemos planes diferentes para descubrir otra cara de Nueva York (una de más local).
Un hotel muy chic
The Hoxton Williamsburg no es solo un hotel donde ir a dormir, más bien todo lo contrario, es el lugar donde vivir una infinidad de experiencias y donde el dormir es una excusa. Más por ser uno de los espacios más transcurridos tanto por parte de visitantes de todo el mundo como locales. El hotel forma parte de la cadena The Hoxton que se caracteriza poro su estilo moderno y su enfoque en crear experiencias únicas. Y la propiedad en Williamsburg es muestra clara de ello: una propiedad que destaca por su diseño chic, que combina elementos industriales con detalles acogedores y que ofrece una mezcla de habitaciones confortables, un ambiente relajado y una serie de instalaciones modernas como bares, restaurantes y espacios comunes ideales para socializar o trabajar. En otras palabras, The Hoxton Williamsburg es donde vivir una experiencia auténtica en uno de los barrios más vibrantes y creativos de Nueva York.

La cafetería más trendy
En el corazón de la ciudad, a pocos pasos de la Estación Central se encuentra Little Collins, una cafetería dedicada a servir comida y bebida exquisita en un ambiente acogedor y amigable. El sueño hecho realidad de sus fundadores, quienes se mudaron a Nueva York pero extrañaban los cafés de su pequeña ciudad natal australiana. ¿Cómo solucionarlo? Creando su propio pequeño mundo donde poder capturar la energía y la diversidad de la metrópolis con la sensibilidad australiana y la cultura única de los cafés de Melbourne. Y el resultado tiene por nombre Little Collins, un espacio en el cual cada detalle ha sido minuciosamente pensado, desde el menú a la lista de reproducción, las tazas de café, sus uniformes y mucho más.
pss. Obligatorio disfrutar el Green Eggs n’ Damn!, un plato formado por una tortilla de espinacas y albahaca rellena con queso feta de Meredith, microvegetales, aceite de oliva, todo sobre pan de masa madre (con opción de pan de cereales y sin gluten), ¡delicioso!
SoHO, Chinatown y Little Italy
Tres distritos diferentes pero muy cerca uno del otro, de manera que son ideales para visitar en un mismo día. Cada uno con sus particularidades pero que terminan por complementarse a la perfección. El SoHo originalmente era un área industrial pero en las últimas décadas se ha transformado en uno de los centros más importantes para las artes, la cultura y el comercio en Nueva York. Es también famoso por sus calles adoquinadas, sus edificios de hierro fundido (que le dan un aire arquitectónico distintivo) y sus galerías de arte, boutiques de diseño y restaurantes de moda. Además, es conocido por ser un destino popular tanto para turistas como para residentes que buscan un ambiente único de creatividad y estilo.


Por otro lado, Chinatown es un vecindario vibrante y culturalmente rico ubicado en el Lower Manhattan conocido por ser uno de los barrios chinos más antiguos y grandes fuera de Asia, con una comunidad predominantemente de origen chino, aunque también incluye personas de otras nacionalidades asiáticas. Hoy en día es famoso por sus calles llenas de tiendas de comestibles asiáticos, mercados de hierbas medicinales, restaurantes, y pequeños comercios que venden una gran variedad de productos. Necesario mencionar también sus emblemáticas celebraciones del Año Nuevo Chino, que atraen a miles de visitantes cada año con desfiles, danzas del dragón, y otras festividades tradicionales. Y en términos de arquitectura, el vecindario conserva muchos edificios históricos, con calles estrechas y pintorescas que añaden al encanto del lugar; además de ser un punto focal para la gastronomía, con una gran cantidad de restaurantes que ofrecen desde dim sum hasta platos más regionales y específicos de diferentes áreas de China.


Finalmente, Little Italy es un barrio histórico conocido por ser el centro de la comunidad italiana en la ciudad. Originalmente, en el siglo XIX y principios del siglo XX, muchos inmigrantes italianos se establecieron en esta área, y desde entonces ha sido un lugar destacado de la cultura, la comida y las tradiciones italianas en Nueva York. Hoy en día, la zona está llena de restaurantes italianos, tiendas de productos típicos y cafés que siguen celebrando la gastronomía y el estilo de vida italianos.


Hell’s Kitchen
Ir a Nueva York y no ir a disfrutar de un espectáculo en sus muchos teatros es como ir a la playa en pleno verano y no bañarse en el mar. Y una de las obras que ahora mismo está en cartelera y es un must a descubrir es Hell’s Kitchen. Hablamos del musical que cuenta la historia de una de las cantantes más emblemáticas del mundo, Alicia Keys, quien se crió ni más ni menos en Hell’s Kitchen, un barrio que históricamente fue un área de clase baja y de alta criminalidad, aunque en los últimos años ha experimentado una gran gentrificación.
El musical se desarrolla en un pequeño apartamento en el barrio del título, donde Ali, de 17 años, tiene grandes sueños y una madre cautelosa que intenta evitar que su hija repita sus errores pasados. Un amor complicado, una amistad que le descubre su pasión por la música, obstáculos raciales y mucho más. ¿Cómo resultado? Una obra divertida, amena y cautivadora al mismo tiempo. Dos horas y cuarenta minutos que pasan volando (nunca mejor dicho).
¿Será Nueva York tu próximo destino? Sea pronto o tarde, la metrópolis siempre tiene mucho qué ofrecer y nunca decepciona. Para los amantes del arte, la música, la gastronomía, la coctelería, la moda, la arquitectura, la fotografía, la tecnología y mucho más. Nueva York es Nueva York.
