1. Mira a los ojos a tu interlocutor. Esquivar la mirada da sensación de inseguridad a la otra persona, sin embargo si fijas tu mirada en la de tu interlocutor, estarás mostrando que escuchas con atención y que realmente te importa lo que está diciendo.

2. No te cruces de brazos cuando estés dialogando con alguien, denota una postura desafiante, enfadada, a la defensiva. Mantén los brazos relajados, gesticula con las manos (sin pasarte) o pon los brazos tras la espalda para dar sensación de seguridad.

3. Cuando estés sentado, mantén la espalda erguida y relajada. No es necesario que estés tenso manteniendo la postura, pero poco a poco debes aprender la importancia que tiene sentarse y caminar recto (sí, tu espalda también lo agradecerá).

4. Camina con la cabeza alta para dar una sensación de seguridad en ti mismo. Esto no sólo lo verán los demás, también te sentirás mucho mejor y más confiado.

5. Mantén la distancia adecuada entre las personas, porque es importantísimo respetar el “espacio vital” (lo que formalmente se conoce como proxémica).

6. ¡Piernas quietas! Cuando estamos nerviosos tendemos a mover las piernas constantemente… contrólalas en situaciones de estrés, así darás sensación de tranquilidad aunque estés nervioso.

7. Usa un tono de voz adecuado a cada circunstancia, es decir, aprende a modular tu voz según el contexto. No hables bajito en una reunión en la oficina o grites cuando estés tomando un café con amigos.