El poderío tecnológico chino es incuestionable. Su portentosa capacidad para realizar obra civil mueve al asombro y lo mismo debemos decir de su facilidad para liderar otros sectores productivos, como, por ejemplo, la fabricación de coches de una elevada sofisticación a unos precios más que sorprendentes. El miedo a su potencial es lo que mueve a las autoridades de la Unión Europea y al mismísimo Donald Trump a imponer o amenazar con imponer aranceles a los productos procedentes de China, pero es que la llegada al mercado europeo de coches chinos es imparable.
Uno de los gigantes de la industria automovilística china es Chery, empresa fundada en 1997 y presente en España a través de sus marcas Omoda (la primera en llegar) y Jaecoo. No piense que se trata de un actor secundario: Chery vende tantos coches en todo el mundo como Tesla. Uno de los modos en que demuestran su poderío es mediante su capacidad de respuesta ante cualquier tipo de reto. La rapidez con que se mueven es asombrosa: hace apenas un año presentaban en España la primera versión de su modelo Omoda 5. Como siempre sucede, las primeras versiones no suelen ser maravillosas, da igual que se trate de coches, ordenadores o lo que sea… Lo vemos al comienzo de cada temporada en la Fórmula 1: son los ajustes que se hacen sobre la marcha los que dictaminarán quien ríe el último. Y es en esta capacidad de reacción donde Chery, el fabricante de Omoda, destaca.
Con una diferencia de pocos meses, la nueva versión del Omoda 5 si no es la fetén, le faltará muy poco para serlo. Todas las apreciaciones, opiniones y/o sugerencias hechas por los medios de comunicación (o por sus primeros clientes) han sido tomadas en cuenta, trasladadas a la fábrica e implementadas a una velocidad pasmosa, de modo que cuando hemos vuelto a ponernos al volante del vehículo hemos podido percibir el evidente salto cualitativo, que pudimos probar el pasado mes de noviembre, en un recorrido entre Madrid y la localidad abulense de Cebreros, para el que tuvimos a nuestra disposición tanto la versión modificada del motor de gasolina 1.6 TGDI de 145 CV, como una novedosa versión eléctrica (con una potencia de 204 CV).
Hablamos, eso sí, de coches utilitarios. Ya llegará el momento de competir con las marcas del sector premium, pero el objetivo, de momento, es competir por abajo. Y si a principios de siglo eran Hyundai y Kia las marcas que ofrecían coches baratos y alegres, con un montón de equipamiento de serie y precios reducidos, ahora es el momento de los chinos. Y el SUV Omoda 5 pretende ofrecer a los clientes lo mismo a lo que están acostumbrados, pero a un precio más bajo.
El diseño del Omoda 5 está inspirado en los SUV ya existentes. No tiene elementos que busquen destacar; al contrario, pareciera que se ha optado por una elegancia discreta, que no llame especialmente la atención. En su interior, el Omoda 5 no es un coche especialmente pequeño y cuenta con un maletero de 380 litros de capacidad, más o menos el mismo tamaño que el de un utilitario familiar normal. El coche empieza a ganar puntos si nos fijamos en la lista de equipamiento de serie: hasta el modelo más básico, el Comfort, cuenta con luces LED, salpicadero con dos pantallas, asientos delanteros calefactados y ajustables eléctricamente, conectividad inalámbrica para smartphones y caja de cambios automática.
Todos los modelos incluyen cámara de marcha atrás, y los de gama alta disponen, además, de un monitor de visión envolvente de 360° y purificador de aire en el climatizador para ayudar a eliminar los malos olores del centro de la ciudad, un detalle que normalmente solamente encontramos en los coches premium. En carretera, el motor es potente y silencioso y responde rápidamente a la necesidad de aceleración en adelantamientos. Además, el Omoda 5 dispone de un completo conjunto de funciones de conducción asistida, con control de crucero adaptativo de serie en ambos modelos, que sirve también para mantener la distancia cuando detecta un vehículo adelante, adaptando la velocidad para evitar cualquier colisión; si detecta que nos acercamos muy rápido al coche delantero se activa el sistema de frenada de emergencia autónoma a plena intensidad si el conductor no reacciona frenando. Dispone también de alerta de tráfico cruzado posterior, que actúa en las maniobras de marcha atrás. Un aspecto que queda por mejorar (seguramente lo harán más adelante) es que los asistentes de límite de velocidad y de cambio involuntario de carril son muy “insistentes” y no resulta intuitivo desactivarlos en marcha… por lo que hay que detenerse a buscar entre los menús para silenciarlos. En el modelo eléctrico (Omada 5 EV), también hay que mejorar el sonido virtual de motor en modo “Sport”, que resulta absolutamente artificioso.
Los asientos delanteros del Omoda 5 son bastante cómodos. El del conductor es ajustable eléctricamente de serie, mientras que el ajuste eléctrico para el asiento del pasajero sólo está disponible en el acabado superior. Eso sí: si el conductor mide más de 1,90 debería probar el coche antes para comprobar si se siente cómodo. Lo mismo podríamos decir para las plazas traseras. Los pasajeros muy altos pueden sentirse incómodos si el viaje es largo.
En lo que sí insisten los responsables de Omoda es que cuentan con una amplia red de concesionarios (65 de momento) y un centro de recambios en Azuqueca de Henares (Guadalajara), capaz de suministrar más del 97% de las piezas de repuesto a cualquier punto de la península en 24 horas. Y una garantía oficial de siete años o 150.000 kilómetros, transferible al siguiente propietario del vehículo si se produjera la transferencia en el período de garantía.