1. No guardes rencor innecesario, es sólo un lastre que te hará seguir amargado y dolorido en tu día a día. Lo mejor es pasar página, olvidar y seguir adelante. Lo mejor es pedir perdón si sientes que has hecho algo mal e intentar perdonar a quien meta la pata contigo.
2. No te quedes anclado en el pasado, porque de ésta forma le restas potencial a tu futuro. Lo pasado, pasado está y quedan demasiadas cosas buenas por venir como para vivir de recuerdos.
3. Aprende poco a poco a disfrutar del momento, porque el día de hoy es el realmente importante. Cuando empieces a valorar el momento que tienes entre manos, te darás cuenta de que la felicidad no es algo tan complicado.
4. Cambia tus rutinas más sencillas: deja el metro por ir al trabajo dando un paseo, apúntate a un gimnasio o a clases de baile, queda con amigos que hace años que no ves… Verás que cada día no tiene por qué ser igual que el anterior.
5. Ponte metas a corto plazo, sencillas, tangibles. Así podrás ir consiguiéndolas poco a poco y poniéndote otras más altas. Si te lo propones y luchas eres capaz de (casi) cualquier cosa.