No solo es que se haya acabado el verano, y las vacaciones, y que venga el frío, sino que además, con la llegada del invierno, llega el nuevo horario, y es que aunque solo sea una hora lo que le diferencia del horario de verano, puede ser que nos cueste adaptarnos más de la cuenta.
El nuevo horario y todo lo que ello conlleva no es solo una cuestión de preferencias y adaptación a las nuevas horas de sol, sino que también es una cuestión de adaptación fisiológica.
Nuestro reloj biológico se activa con la luz del día y se relaja durante la noche, por ello, dependiendo de tu genética y de la capacidad de adaptación de tu cuerpo, puede ocurrir que cuando tus horarios de descanso se ven trastocados ya sea por un cambio de rutina, viajes o como en este caso, un cambio de horario, sufras fatiga durante el día, alteraciones de sueño o dificultades para dormir, que a la larga, pueden derivar en problemas de salud más graves.
Por ello, para evitar que este te ocurra, lo primero es aprender a escuchar a tu cuerpo y ponerle remedio cuanto antes. Te dejamos una serie de sencillos consejos que pueden incluir en tu día a día para evitar que el cambio de horario te afecte.
Deporte: Sí, no hay excusas, parece que hacer deporte es la solución a todos los problemas, y es que en este caso, si haces ejercicio regularmente, llegarás a la noche más cansado físicamente y por lo tanto dormirás mejor. Además la practica de deporte y el buen estado anímico están directamente relacionados, así el proceso de adaptación se te hará mucho más llevadero.
Ojo a las cenas: cenar bien va mucho más allá de querer estar en forma. Seguro que has escuchado muchas veces que la alimentación es un factor fundamental para el bienestar. Pues cuando se trata de dormir bien, también. Es importante que la cena sea ligera y con un margen de un par de horas antes de meternos en la cama. Así evitarás digestiones complicadas que te impidan dormir bien.
Date un baño de luz: aprovecha las horas de sol. No es una cuestión de estar bronceado, sino que es una cuestión de ajustar el reloj corporal al cambio de horario.