
1. Tómate las críticas como algo constructivo y si no lo son… ¡haz oídos sordos! Si las malas palabras vienen de alguien que no te importa lo más mínimo, ¿por qué dejas que te afecten?
2. Aprende a reírte de ti mismo, porque de esta forma cuando esas críticas tan molestas aparezcan podrás afrontarlas con un perfecto sentido del humor.
3. Ten siempre presente que “después de la tormenta siempre llega la calma”, o que “no hay mal que cien años dure”. El refranero popular en este caso es un buen aliado, así que ten claro que antes o después esa mala racha que estás atravesando pasará.
4. Evita a las personas que te agotan la energía y los sentimientos positivos. Todos tenemos a alguien a nuestro alrededor que lo único que nos contagia es malos pensamientos, mala actitud frente a los problemas… ¡Aléjate!
5. Ayuda a los demás en todo lo que puedas, porque esto te hará sentir más feliz y positivo.
6. Muchas cosas en la vida tienen solución, así que antes de agobiarte y dejar que el pesimismo más absoluto te invada, por favor, párate a pensar: “¿Si tiene solución para que me agobio? Y si no la tiene… ¿para qué darle más vueltas?”.
7. Piensa en el tópico más realista que existe: vida sólo hay una y tienes que vivirla y disfrutarla venga como venga. Aprovecha el día de hoy, cada hora, cada minuto. Porque no volverán.